“El pulque y los Dioses”
In octli ihuan in Teteu
Por el Ing. Julián ROMERO TEHUITZIL
Segunda Parte
CHOLULA.- (Es posible que
este sea el Origen de la Tlahuanca “, palabra de origen náhuatl que se traduce
como “embriaguez espiritual y que representa una fusión de ritos prehispánicos
y católicos que tienen el fin de implorar por una buena cosecha y hoy
Sincretismos de la religión prehispánica y cristiana en Cholula)
Durante las celebraciones de las veintenas nahua-mexica mencionaremos las
que, durante su realización, tenían relación con la ingestión ritual del octli
(según el Tonalpohualli Cuenta de los Días)
En la Séptima veintena, que se llamaba Tecuihuitontli, se honraba a la
diosa de la sal, Uixtocihuatl, mediante ceremonias de libación del pulque, al
día siguiente se ingería el pulque sobrante del ritual anterior que se le
llamaba cochictl.
En la Novena veintena, o Tlacoxhinaco, celebraban al dios tutelar
Huitzilopochtli, donde solo los ancianos se les permitía el consumo del líquido
embriagante, ya que sólo a ellos se les podía convidar las primicias del pulque
(uiztli). Si algún mancebo o muchacha infringía esta norma se hacía acreedor a
severos castigos. Hacia el crepúsculo, los esclavos y prisioneros de guerra se
les daba a beber el teoctli (pulque divino) antes de ser sacrificados en
representación de los dioses.
La Décima veintena, Xocotl Huetzi, se dedicaba a los muertos y a
honrar a Xiuhtecuhtli. Era la principal fiesta de los tecpanecas, había en ella
gran cantidad de comida y bebida, el pulque se le consideraba como cosa divina
en representación de Ome Tochtli.
En la Duodécima veintena o Teotleco (“la llegada de los dioses”) era
la fiesta en honor a todos los dioses y se les festejaba con pulque.
En la Decimotercera veintena, Tepeilhuitl, se honraban a los montes
(tepeltin), como representaciones de los Tlaloques o dioses colaboradores de la
lluvia, sacrificándose a 4 mujeres que recibían el nombre de Tepexoch,
Matlacuie, Xochilnauatl y Mayahuel y a un hombre que se denominaba Milnahuatl.
Durante la celebración los que elaboraban el octli sagrado eran convidados para
hacerlo de buena calidad; absteniéndose de ciertos alimentos y de relaciones
sexuales por cuatro días, además de no poderlo probar (ni con la punta del dedo),
porque si hacían esto irremediablemente serían descubiertos por los sacerdotes
en la ceremonia y les ocurrirían desgracias en señal de enojo de los dioses por
no haber guardado las reglas. Después de la ceremonia los ancianos libaban el
octli.
La Decimocuarta veintena, llamada Quecholli, era dedica a Mixcoatl.
Era un periodo de abstinencia, pues a los hombres se les tenía prohibido tener
relación carnal con las mujeres y viceversa y los ancianos no podían probar
siquiera una gota de pulque.
La Decimoquinta veintena, Panquetzaliztli, era celebración al dios
Huitzilopochtli, en la cual se sacrificaba a un gran número de esclavos y
cautivos. Se reservaba la ingestión del octli a los ancianos, a los casados y a
las personas prominentes, teniendo un color azulado.
La Decimoctava veintena se ofrecía al dios Xiuhtecuhtli, en
preparación de fuego nuevo. En esta fiesta todas las personas podían tomar
octli públicamente, aun los infantes.
Sahagún (1979, p. 226, cit. Martínez Á., 2001, p. 35) se refiere a
esta fiesta como una borrachera donde:
Todos bebían pulcre [pulque], hombres y mujeres, niños y niñas, viejos
y mozos, todos se emborrachaban públicamente y todos llevaban su pulcre
consigo, y los unos daban de beber a los otros, y los otros a los otros; andaba
el pulcre como agua en abundancia, y todos llevaban unos vasos que tenían tres
pies y cuatro esquinas que los llamaban tzicuiltecomatl, con estos bebían y
daban de beber; todos andaban muy con los otros, y apuñabanse y caíanse por ese
suelo de borrachos unos sobre otros, y otros iban abrazados los unos con los
otros hacia sus casas; y esto teníanlo por bueno…
La educación entre el imperio tenochca era realmente dura y
disciplinada, tanto en el Tepochcalli (escuela para los macehualtin o gente de
pueblo) como en el Calmecac (colegio para los hijos de los pipiltin o nobles).
Allí los educandos se iniciaban en costumbres rigurosas y se les prohibía
probar el pulque, se hacía hincapié en el autosacrificio con las espinas del
maguey y en la afirmación de castigos severos si infringían las normas a los
que estaban sujetos.
Pero esta rigidez en la sociedad contrastaba con las creencias y
supersticiones del pueblo.
Ejemplo de esto era el Tonalamatl (Escrito de los designios), tipo de
almanaque que predecía la personalidad de los individuos que nacían en
determinada fecha. El pronóstico que anticipaba a la persona que nacía bajo el
signo Ome Tochtli era estar condenado a ser borracho, y como lo rescribiría
Sahagún: “y en amaneciendo luego se va a las casas de los taberneros,
pidiéndoles en gracia el vino”, y cuando lo encuentra “huélgase mucho y reposa
su corazón” (Martínez Á., Ibíd ., p. 38).
El consumo del octli figuraba en las normas legales vigentes antes de
la irrupción hispana en el espacio del Anahuac. José Antonio Martínez Á.
(Ibíd), p 39) nos ofrece una reglamentación tentativa.
La reglamentación la compone de citas de Fray Bernardino de Sahagún y
Fray Bartolomé de las Casas.
1.- Si alguien hurtaba miel de los magueyes, al comprobarse su falta
se le multaba con el pago de tantas mantas como los jueces lo ordenaran, o, en
su defecto, caía en la condición de esclavo.
2. Cualquier personalidad encumbrada perdía el cargo que desempeñaba
cuando se le sorprendía ebrio; al valiente le quitaban este calificativo.
3. Cualquier hombre o mujer que escandalizaba a consecuencia de haber
tomado pulque en exceso era conducido al tianguis, donde públicamente se le
trasquilaba, en la segunda ocasión además se le derribaba la casa en que vivía,
si incidían por tercera vez eran muertos en la vía pública.
4. El muchacho que se emborrachaba recibía en el tepochcalli una
muerte a garrotazos.
5. El sacerdote que incurría en el mismo vicio era condenado a sufrir
idéntica pena.
Para esta época ya se elaboraban distintas calidades de octli, según
la clase de maguey. En los convivios o bautizos a los ancianos se les servía un
tipo de pulque conocido como IZTAC OCTLI (pulque blanco), que se trataba de un
pulque de mejor calidad.
En otras ocasiones se distribuía uno “cocido” o fermentado con la raíz
ayoctli, (conocido como pulque de agua). La importancia del pulque en la vida
ceremonial de los pueblos mesoamericanos se manifestó hasta en los patrones de
conducta que giraban en torno a este producto, por ejemplo: los utensilios donde
se tomaba el octli eran piezas partidas a la mitad de calabazas lisas o pecosas
–entre verde y blanco o manchadas–, llamadas tzilacayoti (chilacayote), origen de las actuales jícaras
y vasos, que se les extraía la carnosidad vegetal, para utilizarlas como
tazones donde se depositaba la bebida y se servía como ofrendas a los dioses de
culto (Sahagún, 1979, p. 73).
Como nos menciona José Antonio Á. M. (2001, p. 25) en cuanto a la
manera de producir pulque en la época anterior al contacto hispano:
… queda en evidencia un dato que posteriormente pocos se han encargado
de plantear en descargo del pulque: que éste por lo general se ofrecía en
óptimas condiciones de higiene, y que aquel que incurría en desaseos o
descuidos respecto de una sustancia tan cara a los indígenas, de inmediato
recibía calificativos de oprobio, como nota de baldón definitivo o como acicate
para su enmienda, a fin de que no reincidiera en la próxima vez que pudiese
encomendársele eventualmente la organización de otro servicio. (Ibíd., p. 28) a
los “resabios que en este sentido importaron los conquistadores y a la nula
educación que se inculcó a los habitantes de la Nueva España a propósito de sus
costumbres alimenticias”.
Las pésimas condiciones de higiene, en la producción de pulque para su
venta en el periodo colonial lo atribuye Álvarez Martínez (., p. 28) a los
“resabios que en este sentido importaron los conquistadores y a la nula
educación que se inculcó a los habitantes de la Nueva España a propósito de sus
costumbres alimenticias”.
Se despide su amigo el colibrífuerte2001@yahoo.com.mx
La Caja de Cartón., email: tlciudadana@gmail.com..
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