La República Imperial atacará de nuevo
Por Alejandro Mario FONSECA
CHOLULA.- La política es
compleja, no es fácil entender cómo opera. La mayoría piensa que es una
actividad obscura, nefasta, engañosa y abusiva. Y si lo es, pero no
necesariamente.

Pero si hoy en día todo se sabe ¿por qué ganó Trump con todos sus
defectos? Racista, prepotente, mentiroso, misógino, inculto, etcétera, ¿por qué
ganó?
¿Qué es la política?
Norberto Bobbio, un sabio politólogo que me encanta por su lucidez,
decía que la política es el complejo proceso mediante el cual en una comunidad
humana se forman las decisiones imperativas que la guían.
Y sucede que la decisión por excelencia de toda comunidad es la
elección de sus dirigentes, sus representantes, sus gobernantes: aquellos que
van a administrar los bienes de la comunidad.
En las comunidades pequeñas, en los pueblos y municipios, el proceso
electoral suele ser sencillo ya que son más o menos homogéneas. Pero en la medida
en que la comunidad es más grande y diversa, las cosas se complican mucho ya
que sus intereses también son diversos e incluso contrapuestos.
Y precisamente los Estados Unidos son hoy por hoy la comunidad más
compleja y diversa del mundo entero. Es más, son una comunidad de comunidades
en la que conviven prácticamente todas las razas, todas las religiones, una
gran variedad de niveles culturales; y en la que podemos encontrar también
disparidades económicas extremas. Además, el endeudamiento, la violencia y las
drogas también son sus principales problemas.
El auge del
capitalismo del desastre
Pero los Estados Unidos también son un imperio mundial, en crisis,
pero todavía un imperio. Naomi Klein, una valiente periodista canadiense
escribió La doctrina del shock, publicado en español por Paidós en el 2014. En
este libro nos muestra la otra cara de la globalización: la historia no oficial
del capitalismo del libre mercado.
En su texto Klein nos muestra el lado obscuro, guerrero, depredador y
violento de algunos líderes norteamericanos. Ella va al lugar de los hechos y
nos narra la historia mundial reciente, en la que la intelectualidad
neoliberal, las agencias de investigación y la intervención armada, allanan el
camino para que los conglomerados industriales, comerciales y gubernamentales,
aprovechen los desastres, las guerras y la inseguridad del ciudadano.
Sus ejemplos son muchos, desde la dictadura de Pinochet y las de
Argentina y Uruguay en los años 70, hasta las intervenciones más recientes en
Irak y Afganistán; pero también los desastres naturales como los tsunamis y los
huracanes. Klein y su valioso equipo de periodismo de investigación van al
lugar de los hechos y le dan la palabra a las poblaciones civiles diezmadas,
sometidas por los “nuevos” dueños del mundo.
La alternativa al
capitalismo depredador son los demócratas ilustrados
En mis artículos anteriores he intentado dar un panorama del lado
virtuoso, positivo del capitalismo, del liberalismo, que en la actualidad está
en transición hacia una democratización del capital, gracias a la conjunción de
la revolución del Internet y las energías renovables.
Al Gore, Barack Obama y Hillary Clinton se inscriben en ese grupo de
políticos ilustrados que se contraponen (con todas las reservas de lo que
significa hacer política en una república imperial), al capitalismo depredador
de los Bush y de los Trump. Los demócratas ven hacia el futuro, los
republicanos hacia el pasado.
El ocaso de la
República Imperial
Y con esto último, estoy introduciendo el concepto de república
imperial, término acuñado por el politólogo francés Raymond Arón, que en México
conocimos gracias al ensayo El Espejo
Indiscreto que Octavio Paz publicó en la revista vuelta en 1974. Y aquí está la
clave para comprender por qué ganó Trump.
Como la Roma antigua, los Estados Unidos son un impero hacia fuera y
una república democrática hacia dentro. Eso les ha permitido mantener en muy
buenas condiciones de bienestar social a una amplia franja de la clase media,
lo que no significa que su preparación intelectual sea necesariamente elevada.
En esencia son consumidores mediocres y llevan ya muchos años siéndolo.
Sin embargo, el modelo, llamémosle capitalismo depredador o república
imperial, está en crisis y ya no da para mantener satisfecha a una creciente
clase media consumista. Y esto último es lo que Trump promete. El problema es
que nunca ha dicho cómo le va hacer. Pero si lo ha insinuado: más guerras, más
desastres.
0 comentarios:
Publicar un comentario