Leer a Octavio Paz
Por Alejandro MARIO FONSECA
A mi amigo Alejandro Oaxaca
CHOLULA. - Octavio Paz el
poeta, el político, el sabio, es uno de esos grandes hombres de la literatura
universal que brillaron y seguirán brillando por muchos años; además es
mexicano.
Para mí fue muy importante ya que gracias a la lectura, primero de sus
poemas y después de sus ensayos políticos, pude acercarme a la comprensión
cabal de las razones, las causas, las limitaciones, los abusos, la abundancia,
la escasez, en suma la enorme complejidad de la vida económica, política y
social de nuestro México.
Mi primer acercamiento a la obra de Paz fue en la Escuela Nacional
Preparatoria de la UNAM. Conocí su poesía gracias a algunos compañeros de la
prepa 6 de Coyoacán.
Recuerdo a Darsel Salinas, a su hermano Edmar y a algunos otros que
eran hijos de intelectuales, profesores y periodistas: estaban al día de las
novedades culturales de México y del mundo, sobre todo de Francia.
En aquella época leí El cántaro roto, un poema que anticipa uno de sus más grandes libros: El
arco y la lira. Publicado en
1956 fue la obra con la que Paz obtiene el premio Xavier Villaurrutia, el mayor
reconocimiento literario de México.
El arco y la lira
El arco y la lira es un texto
obligado para cualquier estudiante de literatura y humanidades en México y en
cualquier parte del mundo. Querido lector ¿quiere usted leer poesía? ¿Quiere
usted entenderla? ¿Disfrutarla? Lea El
arco y la lira.
Paz se pregunta ¿qué dicen los poemas? ¿Hay un decir poético
irreductible a todo otro decir? ¿Cómo se comunica el decir poético? Es un texto
que nos acerca al mundo de la revelación poética, a la inspiración y al viaje a
la “otra orilla” para vivir la experiencia poética.
También responde a su preocupación sobre las relaciones entre la
poesía y la historia. Como dice Alberto Ruy Sánchez, uno de sus más lúcidos
biógrafos: “…su pregunta eterna sobre las maneras en las que el acto
irreductible de la poesía se inserta en el mundo”.
Para Octavio Paz la poesía no debe cantarle a la historia sino ser
historia, la experiencia poética es un regreso a sí mismo, a los deseos más
profundos y auténticos de uno mismo.
Los signos de la
rotación
Sigo a Ruy Sánchez: A partir de
la segunda edición (1967) de El arco y
la lira, un texto llamado “Los signos de rotación” substituiría al antiguo
epílogo. Se trata de un nuevo manifiesto de poética que sostiene y explica que
la poesía moderna no es, como se ha dicho, poema de la poesía, sino que
actualmente la forma más alta de poesía está en la negación de la poesía, en la
crítica del lenguaje, de la experiencia poética misma.
Signo de los tiempos: en el
poema mismo estará su lectura, pero nunca deberá ser una lectura definitiva,
cerrada. Por otra parte, la poesía debe ser, no invención sino descubrimiento
de los otros, de la otredad que nos rodea. En este sentido la poesía es la
búsqueda misteriosa y auténtica de un aquí y un ahora.
El tema de la poesía y la
revolución, de la poesía y la sociedad, es revisado y de nuevo puesto entre
paréntesis, identificado en su parte de impertinencia. Según Paz, la misión del
poeta era, antes, dar un sentido más puro a las palabras de la tribu; hoy es
una pregunta sobre ese sentido. Al mismo tiempo, la poesía es intento por recuperar
la unión de lo que fue separado.
El cántaro roto
El cántaro roto es un poema
escrito por Paz en 1955 en el que anticipa con toda claridad los conceptos que
plasmaría ya en su texto didáctico del 56 El arco y la lira. Eran los años del “alemanismo”, ya la
“última gran oleada” de la Revolución Mexicana” del cardenismo había pasado.
Iniciaba la era de la plutocracia del PRI gobierno.
La Revolución había fracasado, iniciaban los grandes negocios
presidenciales: la raíz de la corrupción y la impunidad que todavía padecemos.
El cántaro roto despliega
una mirada indignada sobre la seca miseria de México, y clama por una nueva
síntesis de lo desunido, veamos algunos párrafos:
Dime, sequía, dime, tierra
quemada, tierra de huesos remolidos, dime, luna agónica, ¿no hay agua, hay sólo
sangre, sólo hay polvo, sólo pisadas de pies desnudos sobre la espina, sólo
andrajos y comida de insectos y sopor bajo el mediodía impío como un cacique de
oro?
¿No hay relinchos de caballos a
la orilla del río, entre las grandes piedras redondas y relucientes, en el
remanso, bajo la luz verde de las hojas y los gritos de los hombres y las
mujeres bañándose al alba?
El dios-maíz, el dios-flor, el
dios-agua, el dios-sangre, la Virgen, ¿todos se han muerto, se han ido, cántaros
rotos al borde de la fuente cegada? ¿Sólo está vivo el sapo, sólo reluce y
brilla en la noche de México el sapo verduzco, sólo el cacique gordo de
Cempoala es inmortal?
Tendido al pie del divino árbol
de jade regado con sangre, mientras dos esclavos jóvenes lo abanican, en los
días de las grandes procesiones al frente del pueblo, apoyado en la cruz: arma
y bastón, en traje de batalla, el esculpido rostro de sílex aspirando como un
incienso precioso el humo de los fusilamientos, los fines de semana en su casa
blindada junto al mar, al lado de su querida cubierta de joyas de gas neón,
¿sólo el sapo es inmortal?
Ensayos políticos
Y ya para finalizar este breve comentario sobre la obra de Octavio
Paz, le comparto que también considero una gran suerte no sólo haber tenido la
oportunidad de leer su poesía desde joven, sino la de seguirla leyendo ahora de
viejo.
Resulta muy reconfortante en
estos tiempos aciagos en los que nuestro país parece hundirse en la
mediocridad, la violencia y la corrupción, abrir un texto de Paz y releer por
ejemplo El cántaro roto o Piedra del Sol, o alguna otra de sus
colecciones de versos.
O si usted prefiere, lea alguno
de sus ensayos políticos. Y si hace esto último, estoy seguro que le va a ser
de mucha utilidad, sobre todo ahora que estamos a punto de vivir una nueva
oportunidad para corregir el rumbo económico, político y social de nuestro
país.
Lea por ejemplo El ogro filantrópico, Las
ilusiones y las convicciones, o El
espejo indiscreto. O mejor lea y estudie los tres. En el primero va a
encontrar una explicación clara y concisa de la historia política de México.
En cuanto a Las ilusiones y las convicciones, se trata de un ensayo que Paz
dedica a Don Daniel Cosío Villegas y resulta de suma utilidad para entender por
qué nuestro país no ha podido convertirse en una nación moderna.
Finalmente si usted lee El espejo indiscreto podrá
comprender las claves de la compleja relación de nuestro país con el imperio
norteamericano.
Pero además, insisto estoy seguro de que el estudio de estos tres
ensayos lo ayudaran a votar con responsabilidad en el gran evento electoral que
los mexicanos estamos por vivir.
Bibliografía: Una introducción
a Octavio Paz; Alberto Ruy Sánchez; Fondo de Cultura Económica; México,
2014.
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