CHOLULA.- Hace veintidós años, un 23 de
marzo moría Luís Donaldo Colosio Murrieta. Colosio, como la sociedad lo
recuerda, como decían sus anuncios de campaña, no murió a causa de disparos,
sino a causa de la indiferencia de muchos que hacían o hacen política, no murió
por homicidio, sino por trastocar con sus palabras intereses de muchos que
ejercían y/o ejercen poder.
Hoy, a
veintidós años de su muerte, les comparto algunos párrafos de su discurso del 6
de marzo de 1994, ese que dio en el aniversario del PRI enfrente del monumento
a la revolución, ese discurso que dicen los que saben que le costó la vida.
“Yo veo un
México, de comunidades indígenas que no pueden esperar más las respuestas a sus
exigencias de justicia, de dignidad y de progreso”.
“Yo veo un
México en el que los campesinos aún no reciben las respuestas que merecen. He
visto un campo empobrecido y endeudado”.
“Yo veo un
México de profesionistas que no encuentran los empleos en los que puedan
desarrollar sus aptitudes y destrezas”.
“Yo veo un
México con hambre y sed de justicia. Un México de gente agraviada por las
distorsiones que imponen a la ley quienes deberían servirla; de mujeres y
hombres afligidos por abusos de las autoridades, o por la arrogancia en las
oficinas de gobierno. Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad”.
Hoy, a
veintidós años, a pesar de que ha habido considerables avances, como lo es la
obligación de que los indígenas reciban trato en su idioma, nuestras
comunidades indígenas siguen esperando respuestas. La ley, aunque existe, aún
le falta mucho para pasar de ser letra escrita, a una realidad en todos los
aspectos que conlleva. Nuestros indígenas siguen esperando respuestas.
A pesar de
que hay avances como lo son los proyectos productivos y nuevos programas que
han surgido en la administración de Enrique Peña Nieto dirigidos al campo, la
realidad es que hace falta que acerquemos esos programas con los campesinos,
que muchas veces ni siquiera saben de su existencia. Nuestros campesinos siguen
pobres y endeudados.
En esta
administración del gobierno federal, existen muchos programas para jóvenes
emprendedores, sin embargo, aún existen muchos que no tienen donde desarrollar
las aptitudes y destrezas de las que hablaba Colosio.
Nuestro
México sigue teniendo hambre de sed y justicia, para ejemplo, este Estado en el
que vivimos, la administración de Moreno Valle se ha caracterizado por los
presos políticos; por los feminicidios creciendo de manera exponencial, sin que
se atrape siquiera a la mitad de los culpables, la administración de Moreno
Valle inició limitando el acceso a la justicia de nuestras comunidades,
eliminando los registros civiles, los ministerios públicos del interior del Estado
y los ministerios públicos subalternos. Esta administración, dejó morir a un
niño en Chalchihuapan, cuyo único delito, fue asistir a una marcha para exigir
el regreso de los registros civiles a las juntas auxiliares.
La
administración de Moreno Valle se ha caracterizado por el incremento en la
pobreza multidimensional, el abandono del campo y las grandes obras
sobrevaluadas.
El México de
hoy, sigue teniendo los mismos problemas que el México en el que vivía Colosio
y la Puebla de hoy, está más pobre y más hambrienta de justicia que hace 22
años.
Nos vemos
cuando nos veamos.
Quedo a sus
órdenes Facebook: Cecilia Monzón. Twitter @monzon_cecilia
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