Por Profa. Gloria GARCIA ROJAS
“El Buen Pastor” y el “Estado Sano”
CHOLULA. – Los pastores y
los boyeros atienden al bien de las ovejas y de las vacas y las engordan,
arguye Trasimico solo porque así pueden enviarlas en mejores condiciones al
matadero. La política, par un sofista es solo eso, sacar provecho de los
humanos, como el pastor lo hace de su rebaño. Así cuando se trata de pagar
impuestos dice Trasimico “el justo paga más y el injusto menos”.
Para Sócrates esta situación de injusticia es la que fragua la
decadencia de las ciudades. La función del buen pastor es la de apacentar el
rebaño no la de diezmarlo. Platón no desdeñaba el argumento según el cual lo
bueno se confunde con los más útil para una mayor cantidad de personas (la
tercera objeción sofístico) simplemente, creía importante matizar q8ue quien
conoce lo que es útil no lo confunde con lo estratégico e inmediato, sino que
busca una utilidad capaz de perdurar en el tiempo.
Planteados, así las cosas, la injusticia siempre es menos provechosa
que la justicia, por que la justicia es la función del alma, y un alma mala,
diría Platón, gobierna mal. La política útil, pro tanto pasa por conocer el
alma y no por el ventajismo.
La tesis platónica del político como “buen pastor” que a su vez hunde
sus raíces en la mitología clásica es una de las que se adaptó con un mayor éxito
a la tradición cristiana, ha tenido una gran importancia en la política moderna
como modelo para el rey prudente.
El poder sobre el vulgo que ejerce el obispo o el monarca se justifica
como gobierno paternal del sabio preocupado por asegurar las condiciones de
vida de las gentes y su salvación eterna.
Esta concepción pastoral de la
política no pone énfasis en la defensa del territorio, sino en el dominio sobre
el alma y los sentimientos. Otra conocida metáfora del mismo libro II la
contraposición entre el “Estado sano” y el “Estado enfermo”, ayuda a comprender
porque la justicia es la virtud nuclear de la política platónica.
La ciudad ha nacido estrictamente hablando por que nadie se basta a sí
mismo, o por decirlo en vocabulario platónico nadie es “autárquico”, tres
necesidades humanas básicas, la comida, la vivienda y el vestido exigen que los
humanos colaboren entre sí, no solo a la hora de satisfacerlos, sino también
para seguridad su provisión en caso de conflicto armado.
Los habitantes de una ciudad autárquica, no tendrían hijos por encima
de sus recursos, para precaverse de la “pobreza y de la guerra”, un estado sano
según Platón es un Estado de pudra subsistencia.
¿Qué opina usted, mi estimado lector?
Pensamiento: La música alimenta el espíritu. Víctor Hugo.
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