Por Mario SALAMANCA RODRÍGUEZ
CHOLULA. –
Es una de las
doctrinas a la que se le da mayor énfasis, en las escrituras se menciona más de
trescientas veces, al arrepentimiento setenta veces al bautismo menos de veinte
veces, y unas seis concernientes a la santa cena; ven Jesucristo según tú
promesa, en pronto. Oremos así, hemos sufrido bastante en el mundo, tan solo
esperamos en ti gloria a mi cristo, mi rey y mi amigo, somos rescatados del
mal. La realidad de la segunda venida “vendré otra vez” y su me fuere y os
preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis. JN. 14-3.
La actitud del hombre respecto a la segunda venida de Cristo, se debe
orar por el acontecimiento, el que da testimonio de estas cosas dice:
Ciertamente vengo en breve, amén. Si, señor Jesús, amar tal aparición, por lo
demás me está guardada la corona de justicia la cual me dará el señor, juez
justo, en aquel día, y no solo a mi, sino también a todos los que aman su
venida. 2, TI. 4-8.
Velar por ello aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran dios y salvador Jesucristo. TI. 2-13.
Así también cristo fue ofrecida una sola vez para llevar los pecados de muchos,
y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que
le esperan HE. 9-28. Debemos esperarla, de tal manera que nada os falte en
ningún don, esperando la manifestación de nuestro señor Jesucristo. I. CO. 1-7.
Cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser
admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido
creído entre vosotros 2. TS. 1-10. Y esperar de los cielos a su hijo, el cual
resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. I. TS.
1-10. Debemos de confiar en su venida, y ahora, hijitos, permaneced en él, para
que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos
alejemos de él avergonzados. I. JN. 2-28.
Estar preparados para su venida, velad, pues, porque no sabéis a que
hora ha de venir vuestro señor, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con
los hipócritas, allí será el lloro y el crujir de dientes. MT. 24.42-51.
Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se
carguen de glotonerías y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de
repente sobre nosotros aquel día. LC. 21-34. Debemos anhelarla esperando y
apresurarnos para la venida del día de dios, en el cual los cielos,
encendiéndose, serán desechos y los elementos, siendo quemados, se fundirán. 2.
P. 3-12.
Encontraremos consuelo y a vosotros que sois atribulados, daros reposo
con nosotros, cuando se manifieste el señor Jesús desde el cielo con los
ángeles de su poder. 2. TS. 1-7. Tener paciencia, por tanto, hermanos, tened
paciencia hasta la venida del señor, mirad cómo el labrador espera el precioso
fruto de la tierra, aguadando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana
y la tardía. STG. 5-7.
Esperar por todo ello, por tanto, ceñid los lomos de vuestro
entendimiento, sed sobrios, y esperad pro completo en la gracia que se os
traerá cuando Jesucristo sea manifestado. I. P. 1-13. Debemos recibirlo con
alegría, sino gozaos por cuanto sois participantes d los padecimientos de
cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran
alegría. I. P. 4-13. Ven Jesucristo según tu promesa, ven pronto oremos así,
hemos sufrido bastante en el mundo, tan solo esperamos en ti gloria a mi
cristo, mi rey y mi amigo, el viene muy pronto a reinar, oh bella historia
cantar de su gloria, somos rescatados del mal. Dios nos ama.
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