¿Gobierno de coalición para México?
Por Alejandro MARIO FONSECA
CHOLULA.- Cuando sólo
faltan dos meses para que concluya su gestión, el mandatario panista Rafael
Moreno Valle presentó ante el Congreso local una iniciativa para obligar a la
conformación de gobiernos de coalición, o a una segunda vuelta en caso de que
el ganador de las elecciones para gobernador no obtenga más de 41% de los
votos.
El mandatario acudió personalmente al Legislativo local para entregar
su propuesta de reforma al artículo 71 de la Constitución del estado, que
aplicaría para las elecciones de 2018.
La propuesta marca diversos escenarios en los que se podría conformar
un gobierno de coalición, que igual considera la posibilidad de una contienda
reñida, en la que el ganador de los comicios obtenga una votación arriba de
41%, sin embargo, el segundo lugar esté a una diferencia menor de cinco puntos
porcentuales.
Igual, prevé la segunda vuelta de elecciones si las fuerzas políticas
no logran acordar una coalición que les proporcione una representación superior
a 41 % de los votos emitidos.
En la iniciativa se propone además reglamentar la participación de las
fuerzas políticas que acepten conformar una coalición con el partido ganador,
así como la ratificación de los cargos públicos y acuerdos para un programa de
gobierno y una agenda legislativa que se sacará adelante durante esa gestión.
(Tomado de la revista Proceso)
¿Una coalición para gobernar o
para cerrarle el paso a López Obrador?
La noticia no sorprende a nadie. La propuesta es vieja, el último que
insistió en ella fue Beltrones ya caído en desgracia. Además, Moreno Valle no
hace más que cerrar su mandato a tambor batiente y presume su gobierno como
inclusivo:
“En Puebla se ha vivido un gobierno de coalición, sin haberlo
establecido así desde el punto de vista jurídico”, recalcó al mencionar programas
de su administración que supuestamente surgieron a propuesta de los distintos
partidos que lo apoyaron en los comicios.
“Se establece un acuerdo de coalición, acuerdo de gobierno, agenda
legislativa, ratificación de los secretarios del gabinete para darle fortaleza
al Poder Ejecutivo. Se prevé una elección muy cerrada. Me tocó ese reto de
construir acuerdos, cuando no había una agenda legislativa”
Así que según el gobernador saliente de lo que se trata es
sencillamente de legislar lo que ya se dio en los hechos. Suena muy bien, sin
embargo hay dos razones de peso que llevan a pensar que hay “gato encerrado”.
La primera es que el gobernador Moreno Valle quiere ser presidente de
la República, y la segunda es que estando como está el país, ni el PAN, pero
mucho menos el PRI, están en condiciones de ganar las elecciones por sí mismos:
necesitan aliarse, sino es que ya lo están.
La coalición ya se dio, tras
bambalinas
Se trata de una plutocracia de nuevo cuño, más voraz, tanto del PRI
como del PAN, que se está dividiendo el pastel y que reparte migajas a los
partidos pequeños, a sus comparsas. Pero es una plutocracia, que no se conforma
con los recursos disponibles, sino que ha caído en el abuso, en el despilfarro
y en un endeudamiento escandaloso: ya nadie les cree.
El único partido que desafía esta alianza de facto, es el de López
Obrador: MORENA. Y a pesar de su populismo, o mejor dicho por su populismo,
tiene grandes probabilidades de ganar.
El panorama económico que se avecina es desolador. La amenaza de Trump
es real y muy pronto, con las deportaciones masivas, con la devaluación del
peso, con la renegociación del Tratado de Libre Comercio y con el embargo de
las remesas de los migrantes; empeorará.
Reencausar el presidencialismo
mexicano
El mexicano es un régimen político presidencial, cuya esencia es el
poder centralizado: elección del presidente y separación de poderes; y el
centralismo nos viene desde la Colonia, sino es que desde antes, por eso es que
la separación de poderes es más retórica que realidad. Las coaliciones son un
contrasentido.
En cambio, en los regímenes parlamentarios, como los europeos, el
Gobierno requiere del apoyo de una mayoría parlamentaria y de la colaboración
de poderes: en ellos las coaliciones son naturales, necesarias.
Lo que a México le urge es una separación real de poderes y mientras
que el legislativo y el judicial sigan subordinados al poder del presidente y
de los gobernadores, propuestas tan “avanzadas” como la del “gobierno de
coalición”, no son más que demagogia. Lo que urge es reencausar el
presidencialismo mexicano: hacer valer la ley.
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