“Sospechosismo” (42-B)
Por Octavio RODRÍGUEZ FIGUEROA
Ah, qué Tiempos Aquellos, Señor don Simón
CHOLULA.- Hace aproximadamente 60 años, la ahora CDMX, no era tan
grande, era la ciudad más transparente (Carlos Fuentes), que desde el castillo
de Chapultepec se podía contemplar casi toda y se estaba construyendo el
edificio de la latinoamericana, cuando la refinería de Azcapotzalco quedaba
demasiado lejana del centro, así como la plaza México, el toreo, la defensa;
que Tlalpan y Xochimilco eran paseos lejanos pero se podía viajar en tranvía
con 15 centavos y daban boletos, cuando a los balnearios de la calzada
Zaragoza, se iba en los camiones que salían desde atrás de catedral (Calle E.
Zapata) y que aún no había viaducto, periférico o ejes viales, cuando por
señas, para abordar el camión, se daba la tienda de la esquina, llamada “La
pasadita”, o “Las 15 letras”; los de los teatros “Margo”, “Tívoli” y una vida
nocturna viva, demasiado viva.
El DF llegaba hasta la Av. Cuitláhuac, Circunvalación, calzada de La
Villa y Fray Servando Teresa de Mier. Ese fue el México romántico, calmado, sin
apretujamientos. Y Lecumberri, como contraparte.
Si Rasuran al Vecino, pon tu Barba a Remojar
Por esto y ofrecer trabajo, llegó gente a ocupar el espacio que había,
formando “ciudades perdidas”; agotado este, siguieron las azoteas, hasta que se
saturó tanto, que se revirtió el problema y empezó a mandar humanos a su
periferia, formando los “cinturones del vicio” como les llamaron.
Empezaron los asentamientos humanos irregulares, en los ejidos, como 4
caminos, Neza, Naucalpan, Ecatepec, Chalco (De los últimos, junto con
Ixtapaluca) y otros, que entre todos forman ese monstruo que llaman megalópolis
y que hoy es, si no la más grande del mundo, sí una de las primeras, con los
problemas de igual magnitud. Hay ciudades que tienden a eso, entre otras,
Toluca, Pachuca y Puebla.
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