CHOLULA.- Yo voy viajando, si al cielo
voy, yo cantaré aquí, al cielo voy, tu muerte, en la cruz, me lleva a la luz,
no te veré, Jesús, al cielo voy no las veré allí, al cielo voy contigo, mi
señor, en gloria y amor. No sentiré dolor, al cielo voy. En muchas partes de
las sagradas escrituras, hablan de extraños viajes aéreos, arrebatamientos,
carros de fuego de Dios, los profetas, Enoc, Ezequiel, Elías, son los que
relatan acontecimientos reales de los que había sido testigo, ¿Qué so tales
carros? No lo sabemos, pero no puede negar que hay relatos que describen
fenómenos celestes, los carros d Dios se cuentan por veintenas de millares de
millares, Sal. 68-17.
Y se levantó
de mañana y salió el que servía al varón de Dios y he aquí el ejército que
tenía sitiada la ciudad con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le
dijo: ¡Ah señor mío! ¿Qué haremos?, él le dijo: No tengas miedo, porque más son
los que están con nosotros, que los que están con ellos, y oró Eliseo, y dijo:
Te ruego oh Jehová que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los
ojos del criado y miró, y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a
caballo, y de carros de fuego, alrededor de Eliseo, y luego que los sirios descendieran
a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: te ruego que
hieras con ceguera a esta gente, y los hirió con ceguera, conforme a la
petición de Eliseo, 2. R. 6-15.
En el
antiguo Testamento nos refiere que el profeta Elías allá por el año 8809 a. J.
C., fue arrebatado al espacio en un carro de fuego en forma de torbellino o
bien absorbido hacia el cielo por una poderosa fuerza de succión, quizá emanada
de un cuerpo sólido desprendido de la carrosa flamígera y que parecía un
torbellino, expresión hiperbólica como tantos se usan en los hebraísmos
bíblicos. Y aconteció yendo ellos y hablando he aquí un carro de fuego con
caballos de fuego apartó a los dos, y Elías subió al cielo en un torbellino,
viéndolo Eliseo clamaba: ¡Padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y
nunca más le vio; y tomando sus vestidos los rompió en dos partes, 2. R. 1-11 y
12.
El profeta
Elías es una de las personas extraordinarias del Antiguo Testamento, fue un
hombre de Dios, le uso y manifestó su poder a través de él, su origen se
desconoce quiénes fueron sus padres, no se mencionan su genealogía.
Repentinamente interrumpe en el escenario, se introduce en Tisbe, aldea
insignificante de Galilea, es todo sobre natural y misterioso de Elías, desde
su insólita aparición de su pueblo, a la extraña desaparición arrebatado por
una carrosa de fuego al cielo diríase interrumpe en escena como venido del
cielo y al cielo vuelve. La versión del milagro supone a Elías, no murió, fue
llevado cuerpo y alma a otro lugar, los recursos de Dios omnipotente son
infinitos, hubo intervención divina para explicarnos la sobrevivencia de
hombres mortales como Elías, Enoc, fuera
del planeta tierra, y vivió Jared después que engendró hijos e hijas, y fueron
todos los días de Enoc, trescientos sesenta y cinco años, caminó pues Enoc con
Dios, Gn 5.19-21 al 24.
Fue
arrebatado misteriosamente de la tierra, desaparición, porque le llevó Dios, la
epístola a los hebreos dice: Por la fe Enoc fue transpuesto para no ve muerte,
y no fue hallado porque lo traspuso Dios, y antes que fuese traspuesto, tuvo
testimonio de haber agradado a Dios, He. 11-5.
En el libro
de Apocalipsis parece probar que dos personajes terrestres tienen que volver a
la tierra e los últimos tiempos para testificar de la verdad de Dios a los
hombres y pagar tributo a la muerte, y uno de ellos parece ser Elías (el otro
suponen algunos será Enoc, profeta que también arrebatado de la vida sin pasar
por la experiencia de la muerte, si ambos profetas deben regresar a la tierra,
morir y luego ser resucitados, significa que actualmente aún no han sido
sometidos sus cuerpos al proceso de la glorificación física, del mundo de
dolor, al cielo voy; con calma y valor, al cielo voy, ¡Que dicha al fin será,
ver a Jesús allá! Él mi placer es ya; al cielo voy. Dios te ama.
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