Por Andrés
ZACA NAYOTL
CHOLULA.- La emoción biológica y
estimulante de la vida, es la alegría. Sentirnos alegres, es la manifestación
emocional del bienestar y la energía del gozo que fluye en nuestra naturaleza y
ese debería ser, nuestro estado natural. Cuando la alegría se hace presente se
expresa de la siguiente forma: “Me siento bien” “Me gusta como soy” “Soy feliz”
“Me siento enamorado de la vida” “No quiero que esto se acabe”. La alegría es
la manifestación amorosa de quien llamamos Dios, que esta presente en la vida
animal, vegetal y humana. Los niños pequeños normalmente disfrutan de la
alegría natural y biológica, al igual que cualquier animal superior como el
perro o el mono y por eso los niños saltan y cantan alegres y hasta gritan con
gozo. Basta recordar cuando Papá o Mamá llegan a casa después de trabajar o de
hacer cualquier cosa fuera del hogar, para revivir en nuestra mente la escena
donde solo los niños pequeños, el perro o el gato, corren jugueteando y alegres
en busca de una respuesta similar de la persona recién llegada, sin que exista
ningún motivo especial. Esto ocurre, porque la alegría es un sentimiento
natural del Alma humana y de los animales superiores.
Si
reflexionamos bien notaremos que los niños no necesitan de ninguna ocasión
especial para sentirse alegres. Pero el niño grande, el adolescente o el
adulto, que ya hemos vivido experiencias desagradables en nuestra
formación, donde tuvimos que reprimir
muchas rabias, miedos, dolores y momentos de tristeza, la manifestación de la
alegría ya no surge de forma natural, por todo el contenido emocional reprimido
en la memoria celular del cuerpo físico. La desaparición de la alegría y el
bienestar de nuestra vida, producen un gran vacío emocional, que lleva al
cuerpo físico a reaccionar de forma ansiosa, compulsiva, junto con nuestro Ego
a tratar de “Llenarlo con Placer”. Por esa razón buscamos con ansiedad en el:
Alcohol, cigarrillos, drogas, sexo y comidas, el placer de vivir, lo cual puede
convertirse para muchas personas, en la única meta a alcanzar, durante toda su
vida. Pero en esa búsqueda de placer, donde tratamos de llenar nuestro vacío
emocional, nacen las destructivas adicciones. ¿Qué sucede dentro de nosotros?
¿Que nos lleva a las adicciones?
Cuando
nuestra vida ya no cuenta con el sabor y el gozo de la alegría natural, el
aburrimiento se apodera de nuestra vida, y el cuerpo físico conjuntamente con
nuestro Ego, en un acto de sobrevivencia, reaccionan de forma compulsiva
buscando el bienestar perdido. Y ese sentirse nuevamente alegre, lo buscaran
por la única vía posible: A través placer de los sentidos. Entonces al
encontrar algo, que les resulte placentero, se despierta una gran pasión, hacia
esa nueva fuente de placer, porque ella representa, la tabla de salvación. Y de
esta forma nacen y se fortalecen las adicciones. Existen otros tipos de
adicciones, apartes de las ya mencionadas, donde buscamos seguridad y el
bienestar perdido, las cuales también generan una fuerte compulsión obsesiva,
como la: Adicción al juego de azar, video juego e Internet, al trabajo, que muchas veces se convierten en las únicas
actividades que nos causan placer, sentido de importancia y éxtasis.
Recomendaciones
para vivir la alegría
La alegría
es el sentimiento que nuestra naturaleza el bienestar y gozo necesario, que nos
permita aceptarnos como personas y desarrollarnos sanamente en armonía con
nuestros semejantes. Pero la alegría comienza a desaparecer de nuestra vida,
cuando reprimimos en nuestra memoria celular: La rabia, el miedo y la tristeza
junto con el dolor, al sentirnos juzgados, rechazados y maltratados por
nuestros Padres o las personas que nos formaron. Desde ese momento comenzamos a
llevar una vida triste y aburrida, llena de temores, rencores, sufrimientos,
angustia, ansiedad. Por esta razón les recomendamos a todos los Padres y
educadores en general, eliminar todo tipo de crítica negativa hacia nuestros
hijos y alumnos a nivel personal. Cualquier reclamo o castigo, debe hacerse al
comportamiento inadecuado y esa acción correctiva debe ser bien explicada, para
que quede clara en el corazón del niño.
Una de las vas importantes para rescatar la alegría en nuestros hijos,
es estimularlos, para que expresen su autentico sentir, demuestren sus
capacidades, satisfagan sus necesidades y alcancen sus metas. También es
importante que compartamos con ellos, aquellas experiencias agradables donde
podamos manifestar el buen sentido del humor, chistes, anécdotas,
celebraciones, diversiones, paseos y todo aquello que despierte la alegría. De
esta manera formaremos niños alegres, que vivirán en contacto con sus
capacidades y destrezas, disfrutando del bienestar que produce el poder ser uno
mismo, expresándose con la libertad e inocencia propia de la niñez, dentro de
las relaciones personales y especialmente con sus seres queridos.
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