CHOLULA.-
La resurrección de Jesucristo, se dio por profecía, porque no dejará mi alma en
el sol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la
vida, en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre,
Sal. 16-10-11. Fue profetizada por Jesucristo mismo. Y descendiendo ellos del
monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, si no cuando el hijo
del hombre hubiere resucitado de los muertos. Y guardaron la palabra entre sí,
discutiendo que sería aquello de resucitar a los muertos, Mr. 9-9-10. Fue predicado por los
apóstoles.- A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos,
Hch. 2-32. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí; que
Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la escrituras. I. CO. 15-3-4. La
seguridad de la resurrección está demostrada más ahora Cristo, ha resucitado de
los muertos, primicias de los que durmieron es hecho, porque por cuanto la
muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los
muertos. I. CO. 15-20-21. Yendo por sombrío valle, en rugiente mar hostil,
antes y después del trance, cerca siempre te halle a ti. No los bienes, no
placeres, ni renombre busco aquí, en las pruebas en desdenes, cerca siempre te
halle a ti. Salvador, mi bien eterno, más que vida para mí, en mi fatigosa senda, cerca siempre te
halle a ti, junto a ti, junto a ti. En mi fatigosa senda, cerca te halle a ti,
pasado el día de reposo, al amanecer el primer día de la semana, vinieron María Magdalena, y la otra María a
ver el sepulcro, y hubo un gran terremoto, porque un ángel del señor, descendió
del cielo y llegando removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como
un relámpago, y su vestido blanco como la nieve, y de miedo de él los guardias
temblaron y se quedaron como muertos. Más el ángel respondiendo, dijo a las
mujeres, -No temáis vosotras, porque yo sé que buscáis, a Jesús, el que fue
crucificado. No está aquí, pues resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar
donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha
resucitado de los muertos y he aquí va delante de vosotros a Galilea, ahí
veréis, he aquí os lo he dicho-. Entonces ellas saliendo del sepulcro con temor
y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras
iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí Jesús les salió al encuentro,
diciendo: ¡Salve!, y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces
Jesús les dijo –NO temáis, id da las nuevas a mis hermanos para que vayan a
Galilea, y ahí me verán, Mt. 28-1 al 10. Cristo, el hombre que pendió de la
cruz es el mismo que se sentará en el trono, “En cuanto es el hijo del hombre”.
Esto indica que es apto para juzgar, pues puede compadecerse de los hombres.
Pero es también igual al padre indica, su competencia para juzgar, la Biblia habla de
Dios juzgando al mundo, refiriéndose a Dios el hijo, porque el padre a nadie
juzga, sino que todo el juicio dio al hijo, para que todos honren al hijo como
honran al padre. El que no honra al hijo, no honra al padre que lo envió. Y
también le dio autoridad de hacer juicio por cuanto es el hijo del hombre, Jn.
5-22-23-27. Te encarezco delante de Dios y del señor Jesucristo que juzgará a
los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2. TI. 4-1. Porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras
estaba en el cuerpo sea bueno sea malo. 2. CO. 5-10. Y nos mandó que
predicásemos al pueblo testificásemos que él es el que Dio0s ha puesto por juez
de vivos y muertos, Hch. 10-42. Por cuanto ha establecido un día en el cual
juzgará al mundo con justicia, por aquel
varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos,
Hch. 17-31. El hombre debe sufrir por su pecado, si persiste en él con
voluntad, a este sufrimiento la Biblia lo llama muerte eterna (por edades) sino
como duradera para siempre jamás, o por los siglos de los siglos. Otra vez
dijeron. ¡Aleluya! Y el humo de ella
sube por los siglos de los siglos, Ap. 19-3. Y el diablo que los engañaba fue
lanzado en el fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y
serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos, Ap. 20-10. Y el
humo de su tormento sube por los siglos de los siglos, y no tienen reposo de
día ni de noche, los que adoraban a la bestia y a su imagen, ni nadie que
reciba la marca de su nombre, Ap. 14-11. Jesucristo al morir crucificado en el
Gólgota, fue coronado con espinas, la recompensa del creyente la corona de la
vida eterna.
La Resurrección de Jesucristo
Written By Unknown on domingo, 5 de abril de 2015 | 15:31
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