La Gracia

Por Mario SALAMANCA RODRÍGUEZ

CHOLULA.- La gracia es un don de Dios.- Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de dios. EF. 2-8. Del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de dios que me ha perdonado según la operación de su poder. EF. 3-7.

Dios de gracia, dios de gloria danos presto tu poder, a tu amada iglesia adorna con un nuevo fervor, danos luz y valentía en la hora del deber, en la hora del deber, hoy las fuerzas del maligno nos acosan sin cesar, de temor y duda, Cristo puede al alma resguardar, danos luz y valentía para nunca desmayar, para nunca desmayar. La gracia es abundante.- Pero el don no fue como la transgresión, porque si por la transgresión e aquel unos murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de dios por la gracia y el don de dios por la gracia de un hombre, Jesucristo, RO. 5-15.

Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; más cuando el pecado abundó, sobrevino la gracia, RO. 5-20. La gracia es gloriosa.- Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el amado. EF. 1.6. Es grande.- Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. HCH. 4-33. La gracia justifica del pecado.- Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. RO. 3-23-24.

Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna, Tit. 3-7. Salvo de condenación.- Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) y juntamente con él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. EF. 2-5-6. Antes creemos que por la gracia del señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos, HCH. 15-11. Deriva el perdón.- En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, EF. 1-7. Se entra en ella por fe.- Por quien también tenemos entrada oír la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. RO. 6-2.

Sobredifica a los cristianos.- Y ahora hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. HCH 20-32. Origen de la gracia.- Da en Crito, gracia doy a mi dios siempre por vosotros, pro la gracia de dios que nos fue dada en Cristo Jesús. I. CO. 1-4. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. EF. 4-7.

Manifestada en Cristo.- Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres. TIT 2-11. Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos. 2T. 1-9. Vino por Cristo.- Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. JN. 1-17. Y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre. RO. 1-5. Dada por Dios.- Más os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada. RO. 15-15. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. EF. 2-8. La gracia se da al humilde.- Pero él da mayor gracia, por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. STG. 4-6. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro dios el único soberano, y a nuestro señor Jesucristo. JUD. 1-4. Nuestros ocios humanos cura con tu inmenso amor, líbranos de goces vanos sin conciencia o sin valor. Danos luz y valentía frente a toda tentación, frente a toda tentación, guíanos por las más altas rutas de la santidad, proclamando para el alma verdadera libertad, danos luz y valentía y firmeza en tu verdad, y firmeza en tu verdad. Dios te ama.