Resistencia pacífica activa
Por Alejandro MARIO FONSECA
CHOLULA.- En mi artículo
anterior hablaba yo del surgimiento del Tercer Sector como una respuesta al
creciente desempleo mundial causado por la robótica, la computación y las
telecomunicaciones.
Decía que al disponer
los trabajadores de más tiempo libre y encontrarse los desempleados sin nada
que hacer, existe la oportunidad de aprovechar el trabajo no empleado de
millones de personas en tareas constructivas fuera de los sectores público y
privado. Los talentos y la energía pueden dirigirse a la reconstrucción de
miles de comunidades locales y a la creación de una tercera fuerza que florezca
independientemente del mercado y del sector público.
Un Tercer Sector que
ya se ha abierto paso en la sociedad norteamericana, europea y japonesa, en
actividades que van desde los servicios sociales hasta la salud, la educación e
investigación, las artes, los grupos de auto ayuda, la religión y la abogacía.
Puede ser amable lector, que usted esté pensando en que me equivoco y
que el desempleo en los Estados Unidos, se debe también a que muchas de sus
empresas se establecieron en México buscando mano de obra barata.
Y sí, así es, las empresas capitalistas, las corporaciones de todo
tipo, buscan elevar su competitividad a como dé lugar y la productividad de la
fuerza laboral es uno de los factores clave para algunos sectores, el
automotriz, por ejemplo.
Trump explotó muy bien este hecho, al grado de que mucha gente mal
informada piensa que en el fondo tiene razón, y que por eso ganó. Veamos con un
poco de mayor detalle un caso representativo: el de la Chrysler-Fiat.
La globalización y el
trabajo
Lo que no dice Trump,
porque no lo sabe o porque no le conviene, es que la Chrysler afrontaba una
grave crisis financiera por su falta de competitividad en los mercados
globales. Así que para salvar el pellejo primero hizo una alianza estratégica
con la Fiat italiana y después renovó su tecnología, además sus nuevas plantas
estarían en algún lugar que le ofreciera mejores condiciones para elevar su
productividad: México.
Ahora que están de moda los “hubiera”, sí el Tratado de Libre Comercio
hubiera incluido el libre tránsito de personas, como en la Comunidad Económica
Europea, no hubiera pasado nada. Nuestros trabajadores, técnicos, e inclusive
ingenieros podrían ir a trabajar allá, con la gran diferencia de que tendrían
que pagarles bien.
Por lo demás, el engaño no le durará mucho al presidente Trump y su
plutocracia de ultraderecha. El principal afectado será el consumidor
norteamericano de clase media sí, ese que voto por él: todo se va a encarecer.
Pero también quizás, su estrategia de fondo sea la guerra, que como en muchas
otras ocasiones a significado una importante reactivación económica del imperio
y sus aliados. ¿Guerra, dónde? ¿Medio Oriente? ¿Afganistán? ¿Corea del Norte?
¿México? Esperemos que esto último no suceda.
Un nuevo paradigma
económico basado en la Tercera Revolución Industrial y en el Tercer Sector
La Chrysler es malagradecida, nos paga mal a los mexicanos. Nuestros
excelentes trabajadores, técnicos e ingenieros, la salvaron de la bancarrota. Y
ahora que el magnate Trump les ofrece exenciones impositivas, se regresan; a
ver cuánto duran. Lo mismo podríamos decir de la Ford, de la General Motors, y
de empresas de muchos otros sectores: hay trampa.
Así es la globalización, quizás con las medidas proteccionistas el
desempleo aminore un poco, pero muy pronto la crisis regresará y se
profundizará. Como ya dije, la guerra sería la salvación temporal de Trump y su
plutocracia. Pero acaso hay alternativa a la guerra. Si la hay, está en el
Tercer Sector.
El mundo requiere urgentemente un cambio de paradigma económico. La
industrialización vertical, masiva, depredadora, a base de carbón, petróleo,
armas destructivas, deforestación, explotación del trabajo, contaminación,
etcétera; ya está tocando fondo, el capital financiero ya no encuentra lugar
donde colocarse para seguir creciendo ilimitadamente: la crisis final de
acumulación capitalista es real.
El Tercer Sector es el colchón de salvación de la transición hacia la
Tercera Revolución Industrial. Mientras la tecnología para resolver el problema
de la comercialización de energía solar y eólica, no se resuelva, y dé paso a
la nueva era del capitalismo redistribuido; el Tercer Sector debería absorber
esa creciente masa de desempleados que el capitalismo agonizante está
produciendo.
Sin embargo, la solución de resistencia pacífica activa, no vendrá de
los gobiernos. Ni del mexicano, que nada entiende y que lo único que espera es
ganar tiempo para salir más o menos bien librado de todos sus abusos y errores;
ni mucho menos del norteamericano, ya que Trump y su plutocracia de
colaboradores lo único que quieren es acrecentar sus fortunas, viven en el
pasado, en un “american way of life” que ya no es otra cosa más que consumismo
desenfrenado, sustentado por las drogas y la violencia.
No hay porque ponernos a temblar, la solución de resistencia pacífica
activa está en nosotros, en la sociedad civil, tanto la gringa como la nuestra, en los ciudadanos de a pie.
Sigamos trabajando con honestidad y apoyemos a nuestros semejantes. El camino
es la solidaridad y la generosidad.
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