Por Profa. Gloria GARCIA ROJAS
La Ideología del Estudiante en América Latina
CHOLULA. – A partir de los años sesenta, la ideología del estudiante
universitario en América Latina, se mueve dentro de los terrenos del
radicalismo de izquierda. Pero desde luego hablar de la ideología del
estudiante universitario, “ese monstruo de mil cabezas”, es a veces situarse en
el terreno de la ambigüedad y de la imprecisión.
Hay que afirmar que dentro del cambio y la protesta, la
ideología del estudiante universitario se mueve dentro de una amplia gama de
corrientes izquierdizantes, dentro de estas tendencias predominan los
marxistas, con orígenes provincianos y liberales y aún católicos. Se puede
aventurar la hipótesis de que los estudiantes que se hacen activistas son de
origen provinciano, pero también hay que encuadrarlo dentro de la explosión de
rebeldía del estudiante en términos mundiales como “resultado” de una toma de
conciencia de un doble naufragio, los estudiantes de hoy viven en un naufragio.
Los estudiantes de hoy viven entre las ruinas de un
sistema capitalista súpermaduro (que no puede ocultar las contradicciones de su
opulencia material), pero no encuentran solución en un sistema socialista,
arruinado por los excesos y contradicciones del Stalinismo.
En los países subdesarrollados que viven dentro de una
cultura incipiente o sea pobre y consumo creciente de en las ciudades, los
estudiantes experimentan la necesidad de organizarse y la imposibilidad de
hacerlo por su falta de confianza en las organizaciones, el radicalismo también
se puede medir en función del rompimiento de generaciones. El hijo no entiende
el mundo del padre, y a su vez este no comprende el agitado y cambiante mundo
de su hijo.
Por otra parte la ideología radical del estudiante está
apoyada por imprecisiones teóricas, ya que prácticamente no ha habido
teorización revolucionaria con respecto a las nuevas realidades del siglo XX.
Pero quizás esa improvisación, esa anarquía es la que impregna el movimiento
estudiantil de un radicalismo potencial como Cohn Bendit afirma: “Organizar el
movimiento es lo que quisieran todos”, pues entonces sabrían a que atenerse y
que es lo que podían hacer con nosotros y no encontrarse como ahora se
encuentran con la que ellos llaman, el caos, la anarquía, y la insurgencia
incontrolable.
Pero resulta que la fuerza de nuestro movimiento reside
en que se apoya en una espontaneidad incontrolable que lo impulsa sin pretender
canalizar y mucho menos apropiarse la acción que ha provocado, nosotros
podríamos muy fácilmente… encomendar a cinco personas algo entendidas en
política que redactaran un programa con exigencias mínimas muy bien razonadas,
para poder decir: tales son los fines del movimiento estudiantil, pero esto
sería falso.
¿Qué opina usted, mi estimado lector?
Pensamiento: Luchar por la patria es amarla.
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