Características del pensamiento adictivo
Por Psic. Alejandra López
CHOLULA.- ¿Qué te dices a
ti mismo antes de volver a consumir?
¿Qué me puede pasar? ¿Qué tanto es tantito?, “gracias a dios solo
fueron pérdidas materiales”, “esta vez no me sucederá lo mismo”, “solo me
tomare 3 o 4”, “yo nunca le he pegado a mi esposa”, “solo he faltado unas
cuantas veces al trabajo”, “no le hago daño a nadie” “me ayuda a relajarme y a
concentrarme”, “no me altera, al contrario, me tranquiliza”, “en mi trabajo se
requiere”, “si ella no me hubiera dicho nada yo no hubiera recaído” “esto es
muy difícil para mí, nadie me entiende”.
Justificación, minimización, autoengaño, culpar a otros, evasión, auto
conmiseración, negación, manipulación son algunos de los mecanismos de defensa
puestos en juego a través del pensamiento y actitudes de una persona adicta
para poder continuar consumiendo, a pesar de saber que esto le ha generado
infinidad de problemas en su vida (laboral, personal, social, espiritual y
físico)
El cerebro al ser impactado por la toxicidad de las sustancias
adictivas, se altera neurológicamente, afectando así en sus principales
funciones tales como juicio, sensación, vías de recompensa, memoria, registro
del dolor, control de impulsos, toma de decisiones, etc. Es por eso que
comúnmente vemos a las personas en la adicción activa actuando bajo esa
alteración en su pensamiento.
En ocasiones escuchamos a los familiares del adicto decir “Él no era
así, es noble, de buen corazón, es un gran ser humano” y en efecto lo es, sin embargo cuando está
bajo el efecto de las sustancias, pareciera ser otra persona, la que manipula,
miente, agrede, es egoísta, su realidad suele ser tan dolorosa y catastrófica
que sus mecanismos de defensas se activan impidiéndole poder comprometerse con él mismo y con las
personas que ama, a pesar de haber prometido en repetidas ocasiones “no
volverlo hacer”, “yo lo puedo dejar cuando yo quiera” (autoengaño) por lo que se encuentra en un constante
conflicto entre lo que dice, piensa y hace.
Esta disfuncionalidad a su vez genera en la familia sentimientos de
desconfianza, resentimiento, enojo, frustración, desesperación al ver a su ser
querido sin poder parar.
Cuando una persona entra en un proceso de recuperación, la primera
etapa a la que se enfrenta es la desintoxicación, después de esta etapa la
persona suele tener cambios físicos y de estado de ánimos positivos, sin
embargo, muchos de los pensamientos adictivos persisten, a pesar de ya no
encontrarse el químico presente alterando su cerebro y percepción, los
mecanismos de defensa se vuelven a activar y empiezan a surgir los pensamientos
de “creo que esto no es para mí”, “ya entendí”, “tengo muchos asuntos que
resolver afuera”, “yo puedo salir de esto solo”, “yo no estoy tan peor como
algunos de mis compañeros” “creo que exagere”, es aquí donde vemos que algunas
personas dentro de un proceso de recuperación, deciden, bajo un insano juicio,
abortar su tratamiento.
En todo proceso de pensamiento,
un pensamiento produce un sentimiento, un estado de ánimo que conlleva a tomar
decisiones convertidas finalmente en acciones, y estas acciones generan
consecuencias, en el caso del adicto, como ya revisamos anteriormente, este
proceso de pensamiento no es normal, se encuentra alterado y se ha desarrollado
de esa manera durante años, por lo que dentro del proceso de recuperación el
verdadero y más difícil objetivo, es que el adicto logre un cambio de juicio y
actitudes.
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