La ignorancia
Por Alejandro MARIO FONSECA
CHOLULA.- Estos últimos
días, tras la victoria del psicópata Donald Trump sobre Hillary Clinton en la
contienda por la presidencia de los Estados Unidos, he escuchado todo tipo de
comentarios.
Desde los más tremendistas, que aseguran que el magnate “está loco” y
“la Tercera Guerra Mundial es inminente”. Yo me pregunto ¿lo que se viene acaso
es la extinción de la raza humana? Me acuerdo muy bien de que cuando Ronald
Reagan ganó las elecciones en 1881 sucedió exactamente lo mismo, hubo mucha
gente que se asustó y al igual que ahora pensaban que “el fin del mundo estaba
cerca”.
Sin embargo, lo que Ronald Reagan impuso fue el neoliberalismo.
Margaret Thatcher desde Inglaterra le ayudó. Pero después vino la globalización
y las cosas ya no serían tan sencillas.
Pero también están aquellos convencidos de que no va a pasar nada, ya
que “al fin y al cabo los dos candidatos son gringos y cualquiera que hubiera
ganado es prácticamente lo mismo”. Estos últimos aseguran que todo va seguir
igual ya que el presidente Obama ha sido un demagogo que nunca le cumplió a los
mexicanos indocumentados. Y además dicen que una cosa fue la campaña electoral
y otra muy distinta será su gobierno.
Ambas posturas denotan extremismo, sus puntos de vista son totalmente
opuestos, pero coinciden en algo: un profundo desconocimiento de lo que es la
sociedad norteamericana y de cómo opera su clase política: en suma, lo que
denotan es ignorancia.
La ignorancia
entendida como debilidad: incompetencia, incultura
El concepto de ignorancia tiene por lo menos dos connotaciones
importantes. La primera, la más utilizada, es la que significa carencia general
o parcial de conocimientos científicos, de letras (literatura) y de
información.
La ignorancia así entendida sería la piedra de toque, que en gran
medida nos explica las grandes calamidades del mundo que nos tocó vivir. Una
sociedad ignorante es el mejor caldo de cultivo para gobiernos demagogos,
corruptos y abusivos.
Pero si además de un pueblo ignorante, sus gobernantes también lo son,
el resultado es explosivo y cualquier cosa puede suceder. Nada más hay que ver
cómo está nuestro país. El problema de los Estados Unidos es que vamos a tener
un ignorante con el máximo poder bélico del mundo.
No quiero ponerme también tremendista. Por fortuna estamos viviendo la
era de las tecnologías de la información y la comunicación. Hoy en día todo se
sabe, “la gran cloaca está abierta” (Krauze). Sí, pero la tecnología es tan
sólo un instrumento y también es cierto que muchos la usan para mentir, engañar
y manipular.
Hay que recordar aquello que aprendimos en familia o en la Iglesia:
¡ninguno debe aprovecharse de la ignorancia ajena! Y ahí está la clave, Hillary
Clinton y Donald Trump no son lo mismo, tampoco lo son sus electores, sus
votantes.
Por la primera votaron los estudiantes, los profesionistas y las
clases medias trabajadoras que además de contar con solvencia intelectual,
tienen una aceptable formación ética. Saben de historia, saben de derechos
humanos y entienden cabalmente la disyuntiva. Tan solo hay que ver dónde se
están dando las protestas tras el triunfo del fanfarrón.
Y en cuanto a este último, no hay nada nuevo que decir. El solo se
está poniendo en evidencia con la reiteración de sus amenazas, sus insultos y
demás; pero también con los nombramientos que está anunciando: racistas,
guerreros, invasores: en suma, odio y destrucción.
Tal como se veía venir, no solamente México será gravemente afectado,
sino también Israel y el mundo árabe. El común denominador de la nueva
administración de Trump, en combinación con la de Israel pasa por consolidar
definitivamente la ocupación y someter a Irán. Los nombramientos así lo
indican: la profundización de la guerra en el Medio Oriente.
Milan Kundera y la
ignorancia entendida como añoranza
Y como les decía, existe por lo menos otra connotación del concepto de
ignorancia: la de añoranza. Y la encontré en el libro que escribió Kundera en
el año 2000, después de la caída del muro de Berlín, que así se llama: La
ignorancia, editado por Tusquets.
El libro resulta de especial interés para nosotros los mexicanos ahora
que se vienen las deportaciones “masivas”. La ignorancia es una novela cuyos
protagonistas lidian con el hecho de ser emigrantes, o con el regreso al país
que abandonaron hace años.
La añoranza es nostalgia, melancolía. En esta hermosa novela el autor
hace una ejemplar recuperación de la Odisea, en la que Ulises tras 20 años
fuera de su patria es el mayor aventurero, pero también el mayor nostálgico.
Si usted tiene algún familiar que pronto regresará de los Estados
Unidos, le conviene leer esta magistral obra de Milan Kundera. La comentaré con
mayor detalle en mi próximo artículo.
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