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Tradición mexicana de los fieles difuntos.

Written By Unknown on domingo, 6 de noviembre de 2016 | 16:01


DESDE LA ROMA DEL ANAHUAC.
Por: Guillermo Alfredo Toxqui Vega.
Miércoles 26  de Octubre  de 2016
memotoxquivega@gmail.com.

Tradición mexicana de los fieles difuntos.

CHOLULA.- Atl Tollan Cholollan Tlachihuatepetl, lugar de Cultura y Tradiciones, a quienes nos gustan seguir las tradiciones y festividades paganas y religiosas como muestra de la dualidad de culturas desde la época de la conquista y de nuestros antepasados, así nos compartió uno de tantos cholultecas que fomento la cultura materna y la evolución que sufrió a partir de la llegada de los europeos a nuestro continente, me refiero a mi señor abuelo Dr. Alfredo Toxqui Fernández de Lara, quien recopilo el significado y simbolismos de una fiesta a quienes  nuestros antepasados fomentaron a todas sus generaciones, por lo que me permito compartirla con todos los lectores de esta columna.

Luto y alegría, tragedia y diversión, sentimientos del mexicano que tiene miedo a morir, pero que, a diferencia de otros pueblos, lo refleja burlándose, jugando y conviviendo con la muerte.

Esta convivencia ha dado diversas muestras de arte, sin freno de la imaginación o respeto por el luto que debiera tenerse; hasta algunos juguetes son funerarios, los niños juegan y ríen con ellos como con los entierros, figuritas de cartón vestidas de papel negro, con cabeza de garbanzo que sostienen pequeños ataúdes; que nos recuerdan aquel refrán que dice: solo el que carga la caja, sabe lo que pesa el muerto.

Año con año se acostumbra las también llamadas calaveras, versos en los que se ridiculiza a cualquier personaje vivo, de la política, de la ciencia o de las artes; Si alguien se ve mal herido por alguna calavera, no se dé por aludido, eso le pasa a cualquiera.

La muerte es también tema de inspiración de canciones populares; Esta fiesta en todas sus manifestaciones es más pagana que cristiana. El día 2 de noviembre es dedicado a los fieles difuntos por la Iglesia Católica y siendo los mexicanos casi en su totalidad creyentes, empiezan este día rezando por sus difuntos y acaban por brindar a su ¡salud!

Haciendo un poco de historia encontramos que se rinde culto a los muertos desde épocas prehispánicas; así vemos las ofrendas dejadas junto al difunto con todo lo que pudiera serle útil en su viaje para llegar al mundo de los muertos.

Este es el principio de las ofrendas actuales, fusión de pagana-cristiana de nuestras tradiciones. El espíritu de la ofrenda actual es un rito respetuoso que toda la familia prepara para recordar a los que se han ido, y que, según la creencia, regresan este día para gozar lo que en vida más disfrutaban.

Para la ofrenda, un lugar principal de la casa se coloca una fotografía del muertito, sino se tiene se coloca una calaca de cartón, con el sombrero usado por el difunto y que se guarda para este fin junto a los objetos personales más queridos como instrumentos de trabajo, cigarros, la bebida preferida etc.; Sobre la mesa se disponen los platillos, tradicionales de nuestra cocina:

mole, calabaza en tacha, tamales, aguas frescas, todo se adorna con calaveritas de azúcar que llevan en su frente los nombres más socorridos de nuestro México; dulces de alfeñique de diversas formas, animales, canastitas de flores, cruces etc.....también el Campo  rinde culto a la muerte, pues en él se han sembrado semillas de flor de zempoaxochitl  (cempasúchil) que florean para adornar las ofrendas; estas flores en jarros y floreros y simplemente formando guirnaldas son imprescindibles representativos solo de estas fechas.

El pan de muerto, biscocho adornado con formas de huesos hechos de la misma masa y espolvoreado con azúcar, resulta común encontrarlos todo el mes de noviembre en panaderías, que por cierto están adornadas en estos días con pinturas efímeras en sus vidrios y aparadores, otra expresión que no pasa inadvertida; Nunca faltan los cirios encendidos en recuerdo de los ausentes y el copal quemándolo en los sahumadores, es algo importante ya que la creencia de que son los aromas los que atraen a las almas que vagan.

La visita al campo santo se hace obligada, toda la familia llega a la tumba del ser querido, le colocan flores, comparten comida pensando:

el muerto al cajón y el vivo al fiestón... Son por supuesto los muy vivos los que disfrutan de todo este festín.

tradiciones mexicanas que nos llevan a conocer nuestros orígenes… El culto a los muertos tuvo significado fundamental en los pueblos indígenas y de ahí surgió una serie de ceremonias, actitudes, campos y ofrendas que se avinieron profundamente y hasta hoy en la mentalidad de los pueblos.

Una manera de decir que el recuerdo de sus seres queridos ocupa el sitio sagrado que corresponde a un altar y se les lleva flores, adornos, alimentos por que tratan de vivir la imposible ilusión de verlos compartir con ellos como si no existiera entre ambos el abismo misterioso que separa la vida de la muerte.

Cada uno de los materiales que conforman un altar, tiene un significado especial.

El altar se levanta sobre mesa cubierta con un mantel bordado o deshilado, dos arcos de carrizo adornados con flores de papel de china, pan de muerto, se adornan con abundancia de flores de zempoaxochitl.

En el altar se enciende una vela a cada persona, llamándole por su nombre al encenderla. 
 Ambos costados se ponen ofrendas, preparan chocolate, atole y otros platillos.

El 2 de noviembre las velas y los platillos aumentan de número: el arroz con leche, los camotes en dulce y gelatina, agregando carne, en los diferentes moles, tamales, cigarrillos y café.    Se hornean calabazas y panes.

En ocasiones parte de las viandas se llevan al cementerio, junto con las velas y los zempoaxochitl.   
 Cualquier visitante es agasajado con comida, que la gente ofrece en nombre de sus muertos, con las creencias de que, si dan, recibirán más en el futuro por intercesión de sus fieles difuntos.
Sabemos que en la descripción de los ritos y del ceremonial para la atención y servicio de los muertos la ofrenda representa una de las fases de interpretación más trascendente.

 Ofrendar es compartir con los difuntos ciertos goces de la vida y algo de los frutos obtenidos en el transcurso del año.

La ofrenda se prepara y se exhibe de acuerdo a sentimientos aparentemente de gratitud, amor y veneración que no puede esconderse el temor a la insatisfacción y al disgusto de los sobrenaturales visitantes.

REFLEXION SOCIAL: Inician los momentos de reflexión personal y de recordatorios muy sentidos con las personas ahora ya ausentes, sin embargo nuestras costumbres salen a flor de sentimiento y lo más común es la visita a los campos santos, mi Señor abuelo nos compartía algunas lecturas que al paso del tiempo realizo y hoy también la comparto San Agustín, una lagrima por los muertos… se evapora; una flor sobre sus tumbas… se marchita; una oración…la recoge dios.
Cholula no te Olvida…

Hagamos la Jornada.
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