Más allá de
derechas e izquierdas
Por
Alejandro MARIO FONSECA
CHOLULA.- Uno de los temas más
interesantes de la actual contienda electoral que viven los Estados Unidos, es
el de cómo votarán los jóvenes. Ninguno de los dos equipos de asesores de
Hillary Clinton y Trump tiene claridad sobre el voto de los menores de 30 años.
Y es que se
trata de una generación difícil, la famosa generación del milenio
(“millennials” en inglés). Se trata de los jóvenes nacidos entre 1981 y 1995
que se hicieron adultos con el cambio de milenio, en plena prosperidad
económica antes de la crisis.
Según Antoni
Gutiérrez-Rubí, de la revista Forbes, los “millennials” son un sector de la
población norteamericana y mundial muy importante que está en franco
crecimiento. Se trata de nuevos consumidores con características especiales:
“ya surgió un mercado con necesidades y demandas novedosas que conviene conocer
por las repercusiones y transformaciones que tendrá para las empresas”.
¿Cómo es la
generación del milenio?
Las
principales características que los expertos ven en estos jóvenes son:
1.- Son nativos
digitales, dominan la tecnología como una prolongación de su propio cuerpo. Lo
real y lo virtual para ellos es lo mismo. Prefieren internet a la TV.
2.- Utilizan
múltiples canales y dispositivos digitales para sus actividades. En promedio
están 7 horas al día conectados online.
3.- Su
pantalla principal de entrada a la red es un teléfono celular. Un dato
interesante, un 78% de ellos tiene un celular, un 37% una tablet y un 70% una
laptop. Su vida laboral y social son impensables sin un celular.
4.- Son
extremadamente sociales a través de las redes de internet: consultan, comparten
y comentan en ellas todo lo que hacen o dejan de hacer.
5.- Son
mucho más críticos, exigentes y volátiles que cualquier otro consumidor.
Esto es lo
que dicen los especialistas en negocios. Pero hay otro punto de vista, el de
los sociólogos y los psicólogos, que también ven en la generación del milenio a
jóvenes hiperactivos y distraídos, superficiales, en suma, sin valores. Según
esto se trataría de una generación conflictiva e impredecible, en la cual es
muy difícil confiar.
¿Y los politólogos
qué dicen?
Dicho esto,
yo me pregunto y lo comparto con usted ¿cuándo fue la última vez que oyó una
discusión política salida de la boca de un joven menor de 25 años?
Y lo digo,
porque me acuerdo muy bien, que, desde mi primera juventud, por allá a
principios de los años 70, discutíamos acaloradamente con nuestros padres,
maestros y compañeros, todo tipo de temas relacionados con la política y con la
ideología.
¿Acaso la
ideología está en vías de extinción? Como dice Jeremy Rifkin, algo muy extraño
está pasando con la juventud de nuestros días: “la gente joven no tiene
particular interés por debatir las sutilezas de las ideologías capitalista o
socialista, ni los matices particulares de la teoría geopolítica”.
Sin embargo,
contrariamente a lo que pudiera pensarse, Rifkin no ve en todo esto un
problema, sino una virtud, un área de oportunidad, para un futuro más
democrático.
A ver a ver
cómo está la cosa. Sí, lo que Rifkin ve es una nueva mentalidad política
emergente entre una generación más joven de dirigentes políticos socializados
en las comunicaciones de internet.
Democracia
colaborativa
La
orientación política de la generación del milenio, y aquí viene lo más interesante,
tiene menos que ver con el debate entre derecha e izquierda, que con el
conflicto entre lo centralizado y lo autoritario, por un lado, y lo distribuido
y lo colaborativo, por el otro.
Se trataría
de una juventud proclive a ver el mundo dividido entre personas e
instituciones, que recurren a un modo de pensar vertical, de propietarios,
propenso a poner barreras de acceso, por un lado, y aquellas que se
caracterizan por una mentalidad lateral, transparente y abierta, en suma,
democrática, por el otro.
Y esto
último es lo que proyectó el presidente Obama en sus dos campañas electorales;
también es lo que todos vimos en la campaña de Bernie Sanders por la nominación
del partido demócrata; por eso el sorprendente éxito de ambos entre los
jóvenes.
¿Y en
nuestro país? Me temo que seguimos enfrascados en una discusión hueca entre
derechas e izquierdas: son lo mismo, solo piensan en su propio beneficio. Mucho
nos ayudaría a los mexicanos, para salir de la terrible crisis de valores en
que vivimos, que el sector joven de la clase política que nos gobierna se
inspirara en las nuevas actitudes de la generación del milenio.
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