Pan de
temporada, que ha desparecido
* Hay
tahoneros que están por correr la misma suerte
María de
Lourdes Pineda.

Los avances
tecnológicos e industriales, a la par de una tambaleante economía del país, sin
duda han abatido todo esfuerzo de los tahoneros por mantener un arte en la
elaboración de pan, arte que no se adquiere en días, meses, es de decenas de
años, todo artesano del pan se hace desde sus primeros años.
Este arte
fuer el hacedor de los panes típicos para cada celebración mexicana, cada
festejo tiene su sello al paladear un sabor diferente en el pan, así fue por
varias generaciones en las que en épocas de "Todos Santos" los panes
de muertos eran parte principal de las ofrendas cholultecas, donde no podían
faltar los rosquetes, recortados, tlacoteneles, encimados o carretón, lizo o
encaladillas, éstas últimas ya inexistentes.
Las
encaladillas, eran muy similares a las rosquetes, la diferencia lo hacía el
betún blanco que se les ponía encima y el azúcar con colorante rojo, este pan
además de llevar horas de horneado en hornos de ladrillo, también pasaba horas
en el sol, para poder secar el betún que lo decoraba.
El
reconocido mundialmente pan de muerto, es decir la hojaldra, ha dejado su
tradicional sabor que lo daba la simple combinación de harina, levadura,
esencia de azar, azúcar y horas de horneado.
María
Trinidad Rosalía Pérez Domínguez, propietaria de una de las tradicionales panaderías
de Cholula, manifestó que se acerca la extinción de los tahoneros, recordó, que el declive se visualiza desde
hace 20 años atrás, en la que la "modernización" de la industria
panadera impidió la competencia, ya que ante precio, los panaderos tradicionales
poco pueden hacer, ya que el consumidor prefiere sacrificar el sabor y la
calidad del pan.
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