CHOLULA.- Amor inclinación o efecto a
persona o cosa, por cuanto en mii ha puesto su amor, yo también libraré; lo
pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre, Sal. 91-14.
Anhelo yo
oír la voz de mi buen salvador, sus dichos un banquete son, mi verdadera luz
cual el maná, a mi alma dan dulzura y sostén, consuelo, paz, recibo aquí del
maestro de Belén, tres palabras, ¡oh Jesús! ¡Tus palabras vida son! Me engañan,
alumbran, me traen la luz, las palabras de Jesús, si las palabras de Jesús
infunden fuerza y fe; alejan de mi corazón las dudas, yo lo sé, la mansedumbre
es de él, con él aprenderé, y en la gloria su amor siempre alabaré. La
naturaleza revela dando testimonio del amor de nuestro padre celestial, él es
la fuente de vida, sabiduría, gozo, la belleza de la naturaleza, el sol, los
mares, los montes, los astros, hablan del amor del creador, él es el que suple
todas las necesidades diarias del hombre, la mujer. Los ojos de Jehová están en
todo lugar mirando a los malos y a los buenos, Sal. 15-3.
En medio del
sufrimiento resultante del pecado se manifiesta el amor de Dios, aunque el
hombre ha caído por el pecado, no es todo tristeza y miseria, hay mensajes de
esperanza y consuelo, hay flores en los cardos, y las espinas en las hermosas
rosas, flores exquisitamente matizadas de perfume, las aves canoras cantando
melodías. “Él es lento para la ira y grande en misericordia”, en cada acto de
la vida revela amor, misericordia y compasión, su corazón rebosa de simpatía
para nosotros el género humano, siempre expresa amor del corazón del padre es
donde mana para todos los hijos de los hombres, ríos de compasión divina, Jesús
es tierno, piadoso, él sufrió y murió por salvarnos, vino al mundo corrompido
por el pecado, muerte, maldición, sufrió vergüenza, insultos, humillación.
Gracias a
sus heridas fuimos curados, Dios tomó sobre si la carga del pecado de la
humanidad la separación del hombre con Dios, “Dios amó al mundo consigo mismo,
Dios confió en su hijo en la agonía del Getsemaní en el monte Calvario, el
corazón de amor infinito, pagó el precio de nuestra redención. Dios sin dejar
de ser justo es quien justifica el creer en él, solo el hijo de Dios podía
efectuar nuestra redención, nada que fuese inferior al infinito sacrificio
hecho por Cristo en favor del hombre podía expresar amor del padre hacia la
perdida humanidad ¿Por qué tanto amó Dios al mundo, que dio a su hijo
unigénito? Lo dio no solo para que viviese entre los hombres, llevase los
pecados de ellos y muriese para expiarlos; lo dio a la raza ya caída,
Jesús no se avergüenza de llamarnos
hermanos; es nuestro abogado, nuestro hermano por las edades eternales, el
precio pagado por nuestra redención, el sacrificio infinito que hizo nuestro
padre celestial al entregar a su hijo para que muriese por nosotros, al
considerar el apóstol Juan “La altura, la profundidad y la anchura” del amor
del padre hacia la raza humana que parecía en pecados ¿Cómo expresar la
grandeza y ternura de ese amor por nosotros? Contempla mirando el gran amor que
nos ha tenido el padre al llamarnos hijos de Dios ¡Esto es valioso al género
humano! Los hijos de Adán y Eva, ahora somos hijos de Dios, Cristo eleva a la
humanidad, ese amor incomparable para todo el mundo, ahora lo seguirás amándole
lo contrario, en él hay misericordia, ternura, compasión y perdón, un amor
infinito de ternura piedad, en todo tiempo mi Jesús, palabras de ternura, en
pruebas ellas son mi bien, su voz me alentará en ellas mi alma tiene paz,
¿Quién la podrá turbar? Jesús me ofrece un festín, no más podré desear, lugar
no hay, no lo habrá, en este mundo, no, en el alma goce paz, si esto olvidó;
pues su palabra fuente es, de toda bendición, y medio solo del señor para
salvación. Por el mundo brilla luz, desde que murió Jesús, por nosotros en la
cruz del calvario, los pecados él llevó, de la culpa nos libró, con la sangre
que mano del calvario. Dios nos ama.
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