Colaboración
de Guillermo TOXQUI VEGA,
tomado de Arqueología Mexicana
CHOLULA.- En gran parte del territorio
mexicano se ha hallado oro libre (“nativo”) en bajas cantidades y bajas
concentraciones, es decir en yacimientos pequeños y dispersos; por ello, se
puede decir que el territorio mexicano no es ni ha sido realmente rico en oro.
En el área
mesoamericana el oro nativo fue descubierto desde la antigüedad, en placeres,
acompañado de ilmenita y de magnetita.
En poco
casos se le ha hallado libre, como placas e hilillos en vetas cuarcíferas. Como
apuntamos, los yacimientos de oro nativo en México son pequeños y están
dispersos, razón por la cual este país nunca ha sido considerado rico en oro.
Sin embargo,
aunque escaso, fue un metal aprovechado en cantidades modestas en varias
culturas mesoamericanas. En el área mesoamericana los habitantes no llegaron a
agotar el oro existente, pero sí dispusieron en buena medida del que se hallaba
más a la mano, en forma de placeres.
El poco oro
de placer que aún llega a localizarse en los tiempos actuales, se presenta en
partículas de polvo.

Fotos:
Carlos Blanco, Oliver Santana / Raíces
Esta
publicación es un fragmento del artículo “El oro en el área mesoamericana”, del
autor Adolphus Langenscheidt, y se publicó íntegramente en la edición regular
de Arqueología Mexicana, núm. 99, titulada De la crónica a la arqueología.
Visión de cinco ciudades prehispánicas.
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