Parte I
"Siembra
una idea y cosecharás un deseo;
siembra un
deseo y cosecharás una acción;
siembra una
acción y cosecharás un hábito;
siembra un
hábito y cosecharás un carácter;
siembra un
carácter y cosecharás un destino"
William
James
CHOLULA.- Tiempo atrás Erick y
Madeleine se habían hecho a la idea de que debían poner un negocio, querían
progresar y la mejor manera de lograrlo era ser independientes. Con un sueldo
fijo estarían atados a un ingreso, su crecimiento sería lento y necesitaban
tener grandes ingresos para poder tener la vida que siempre habían soñado.
Madeleine venía de una familia acomodada y Erick se había propuesto tener su
primer millón de dólares al cumplir los treinta años, solo les quedaban tres
años así que debían ser rápidos para actuar, Erick recordaba una anécdota de su
infancia, una vez pasando el pasamanos creía que se iba a caer y le pidió ayuda
a su papá pero este le dijo que no lo debía ayudar porque al ayudarlo en
realidad estaría haciendo lo contrario. Erick confundido le preguntó de que se
trataba esto y su padre le explicó que si lo dejaba solo él pondría toda su
atención y fuerza a trabajar por el objetivo de pasar el pasamanos, tal vez se
caería pero si lo intentaba una y otra vez su cuerpo y su mente se
fortalecerían al grado de poder pasarlo solo, una vez que lo lograra podría
pasarlo cuando quisiera, de tal forma que Erick sabía que para lograr algo
debía intentarlo con todas sus fuerzas y toda su inteligencia.
Erick tenía
una idea formidable, el mercado hispano en la ciudad de Nueva York era enorme y
estaba totalmente desatendido dado que la industria les daba ciertos servicios
pero la población extrañaba productos de sus lugares de origen, así que si la
oportunidad estaba él debía tomarla. Esta decisión implicaba cambiar de lugar
de residencia e irse a vivir a Nueva York, estaban recién casados, sin dinero
pero con muchas ganas emprendieron el viaje y se mudaron a la gran manzana para
conquistarla.
El inicio
fue bastante difícil porque tenían que trabajar en otro idioma, no tenían
historial de crédito, ni referencias, ni dinero más que para los gastos de
treinta días pero debían intentarlo. El primer gran obstáculo fue cuando los
productos no los podían transportar como se había previsto dado que había un
impuesto de importación que no habían considerado y se habían lanzado a la
aventura si ese dato, de una manera casi providencial se les ocurrió una manera
de darle la vuelta a este problema que se pudo resolver definitivamente más
adelante.
Habían
transcurrido dieciocho meses y se desenvolvían como peces en el agua, de una u
otra manera había sorteado las dificultades y habían podido comprar un coche,
ya tenían un historial de crédito, tarjetas de crédito, cuenta de banco,
contabilidad en orden y dos empleados que les permitían descansar los fines de
semana porque anteriormente solo descansaban los miércoles. Solo le faltaban a
Erick doce meses para cumplir los treinta años y estaba muy lejos de lograr el
objetivo de su primer millón de dólares, Madeleine estaba frustrada porque no
podían tener las comodidades que sus padres les daban cuando eran estaban
solteros, la constante insatisfacción con sus vida los ponían de malas cada vez
que contrastaban lo que eran con lo que quisieran ser y la solución era clara,
correr mayores riesgos.
Continuará…
Te agradezco
tu tiempo y no dudes en llamarme si quieres algún consejo.
*** ENRIQUE
RUIZ VILLASEÑOR es economista de la Universidad de las Américas Puebla, tiene
estudios de economía en STATE UNIVERSITY OF NEW YORK, Maestro en Alta Dirección
de Empresa por el IPADE, ha sido catedrático de la BUAP, IBERO, UDLAP y UPAEP.
Ha sido emprendedor radicado en México y Estados Unidos, ha colaborado como
columnista del Periódico “El Financiero Golfo Centro y es orgullosamente
Cholulteca.
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