CHOLULA.- El artículo anterior vimos la
Programación Neurolingüística, nos ayuda a conocer y aprender a usar el
lenguaje en una forma más eficiente y atractiva para tener una comunicación más
clara y positiva. Aquí van el resto de las palabras que consideramos peligrosas
por lo que realmente significan y por lo que causan.
3.-
Generalizaciones como “nunca”, “nadie”, “todos”, “siempre”, son palabras
peligrosas porque son determinantes y absolutas y generalmente son falsas. No
hay cabida para una excepción, y terminan la conversación. Si “todos” los
políticos son corruptos (habrá algunos que no lo son), pues son todos y no hay
esperanza. Si “nunca” haces nada bien, (habrá algunas cosas que he hecho bien)
pues es nunca y no hay posibilidades de mejoramiento. Este tipo de
aseveraciones en la conversación dañan mucho, tanto al que las dice, como al
que las escucha, además de que son aseveraciones falsas. Tanto padres como
maestros, han cometido todo tipo de agresiones al incluir alguna de estas
palabras con un niño cuando se refiere a sus habilidades.
4.-
“Mañana”, “la próxima semana”, “un día de estos”, son otra serie de palabras
que no te llevan a nada. Cualquiera de esas frases la puedes decir cualquier
día y te encontrarás que “mañana” o las otras frases, nunca llegan. Cuando
queremos cumplir objetivos estás están absolutamente prohibidas. Mejor
puntualizar qué día; el lunes, por ejemplo.
5.- “Tengo
que”, tiene un significado negativo. Asociamos estas palabras con algo
desagradable, que nos cuesta trabajo y que implica un esfuerzo. “Tengo que
trabajar”, “tengo que estudiar”, “tengo que organizarme”. Denota una
obligación. Nunca decimos, “tengo que ir a la playa y divertirme”, o “tengo que
faltar a la escuela”. Los primeros ejemplos requieren de un esfuerzo, y hay una
batalla interna para poderlo lograr. Es más, se siente un peso encima cuando
digo cualquier cosa con “tengo que”. Puedes aligerar tus obligaciones engañando
a tu mente y cambiar “tengo que” por “quiero” y verás que hay ligereza y
sentirás que logras las cosas con mayor facilidad. “Quiero trabajar”, “quiero
estudiar” (no hay lucha) y lo podrás lograr mucho más rápido y con menos
esfuerzo. Eso de engañar a la mente se puede hacer con frases que den un
sentido a la acción. Ej. Yo trabajo para ….., Yo estudio porque ….. Si uso el
yo quiero, sin quererlo, no me va a provocar una emoción positiva ( o sea un
efecto neuroquímico positivo) ya que me suena a falsa y por lo tanto no me va a funcionar pues estoy
negando una realidad.
Estas son
algunas de las palabras peligrosas para que las tengas presente y que veas cómo
las usas y si te impiden conseguir tus metas.
Cuida tu diálogo interno, lo que te dices a ti mismo. Y luego cuida lo
que dices a los demás.
Como
ejercicio, haz una lista de las expresiones que usas con frecuencia con estas
palabras para hacer conciencia y trata de cambiar las palabras para que el
significado deje de ser negativo y así el efecto neuroquímico sea positivo y de
motivación.
FIN
Te agradezco
tu tiempo y no dudes en llamarme si quieres algún consejo.
*** ENRIQUE
RUIZ VILLASEÑOR es economista de la Universidad de las Américas Puebla, tiene
estudios de economía en STATE UNIVERSITY OF NEW YORK, Maestro en Alta Dirección
de Empresa por el IPADE, ha sido catedrático de la BUAP, IBERO, UDLAP y UPAEP.
Ha sido emprendedor radicado en México y Estados Unidos, ha colaborado como
columnista del Periódico “El Financiero Golfo Centro y es orgullosamente
Cholulteca.
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