Por Mario SALAMANCA RODRÍGUEZ
Sufriente Salvador
CHOLULA.- Digno es el
cordero que inmolado fue de tomar el reino, honra, gloria y paz para abrir el
libro nadie se encontró, él fue solo digno; ¡Cante nuestra voz! a Jesús loor, a
Jesús loor, a Jesús loor, porque él es digno, allí estaba el hijo de dios
muriendo en una cruz hecha para el más vil de los pecadores-, fue un acto de
substitución, elevado a su máxima potencia; Jesucristo fue el cordero de Dios
que vino para quitar el pecado del mundo sufriendo en la cruz la sangre de dios
derramada en generoso amor por el universo moría condenado y sin esperanza. Ha
muchas personas es de mal gusto la mención de la sangre de Cristo, ofendiendo
sus egos pensar que tuvo que pagarse semejante precio por su maldad, sintiendo
repugnancia cuando se menciona la preciosa sangre del cordero y el supremo
sacrificio en la cruz, para el hombre, lo hemos señalado, el sufrimiento y la
muerte de Jesús es “locura” para quienes quisiera creer que el hombre puede
salvarse por su propia excelencia; el hombre actual o mejor dicho el hombre moderno
está en conflicto con la verdad de dios. Dios habla de condenación y la palabra
clave es “gracia”, el hombre moderno
habla de la natural bondad del alma, su inspiración y espontanea buena
voluntad, la palabra clave del hombre es “obras” dios habla de las
profundidades en las cuales han caído los hombres y de la depravación del
hombre natural; el hombre alardea de su
nobleza, sus ideales y progresos la meta del hombre es la imitación, no
la redención, Cristo es el salvado del mundo; el hombre dice que Cristo es nada
más que un gran ejemplo, el hombre se ha apartado de las verdades bíblicas, y
casi todo es purificado según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre
no se hace remisión. HE. 9-22.
La cruz como supremo símbolo del sufrimiento, revela dos hechos
básicos que no pueden ser negados, la profundidad de la depravación del hombre
y la inmensidad del amor de dios, no comprendes la eficacia y poder de la
sangre de Cristo, hay elemento de misterio que no alcanzamos a entender, si
sabemos que todos cuantos por fe pusieron a prueba su poder descubrieron que
puede cambiar maravillosamente sus vidas, y hacerles sentir la satisfacción y
la plenitud que se busca; el hombre moderno hace de la cruz un objeto
sentimental, un collar que cuelgue del cuello, elegidos según la presencia de
dios padre en santificación del espíritu, para obedecer y ser rociados con la
sangre de Jesucristo; gracia y paz os sean multiplicadas. 1. P. 2-1.
Pedro ve las pruebas a que es sometida la fe como esencialmente
productivas en la vida cristiana. El oro al ser purificado, al fuego elimina
las impurezas obstaculiza el crecimiento y servicio, el corazón pecaminoso, las
pruebas, las aflicciones, las riquezas, la prisión, el castigo lograrán
ablandarlo o dominarlo, hay un solo elemento que puede ejercer su poder sobre
el pecado del corazón humano; “la sangre de Cristo, el salvador del alma”, en
cierto sentido, el nuevo testamento es el libro de la sangre, porque la vida de
la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el
altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona, LV.
17-11.
El cordero sacrificado desde la fundación del mundo aparecerá en la
persona de Jesucristo sería muerto en la cruz del calvario derramar a su sangre
para el perdón de los pecados, la sangre representa la vida del ser humano sin
una afluida circulación del torrente circulatorio moriremos, el resultado de la
rebelión y pecado del hombre debemos morir, porque esto es mi sangre del nuevo
pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. MT. 26-28.
Digno es el cordero, que en la cruz murió por llevar el mundo cerca de
su dios, y donde reinaba densa oscuridad, él la luz del cielo vino a derramar,
digno es el cordero, digno es el cordero, canten voces mil, que la humana raza
vino a redimir; digno es el cordero: ¡Salvación a él!.
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