Expropiación petrolera, precede al capital extranjero
Por Edmundo TLACUILO ALMAZÁN
CHOLULA.-El odio a la
expropiación petrolera, la inconformidad ante el control de los recursos del
subsuelo de su transformación y su comercio por parte del estado mexicano, no
solo precedía del capital extranjero, de las empresas expropiadas y su
gobierno; al interior de nuestro país existieron siempre partidarios
“nacionales” de los intereses imperialistas, críticos de la política
expropiatoria y del gobierno que llevó a cabo esta medida antiimperialista en
la última etapa de la revolución mexicana.
La lucha contra la política nacionalista se inició desde el entonces;
sus enemigos acérrimos solo fuero los capitalistas extranjeros; a ella también
se opusieron mexicanos dispuestos a servir incondicionalmente al gran capital o
bien aquellos que confundieron el nacionalismo burgués con el socialismo, del
que jamás quisieron saber nada.
Esta larga lucha no dejó de repartir en el seno del mismo gobierno mexicano
y logró aflojar gradualmente el control oficial sobre riqueza petrolera del
país hace ya muchos años que ele petróleo, su transformación y su comercio
regresaron a las manos del capital extranjero, las concesiones, la
participación de grandes consorcios internacionales en las distintas fases de
la producción petrolera es un hecho ampliamente conocido; la política de
privatización de los últimos sexenios, con sus correspondientes reformas
constitucionales, hace de la industria de los hidrocarburos uno de sus más
importantes objetivos; es un hecho bastante difundido la convocatoria de
grandes empresas a la subasta de los yacimientos petroleros para determinar
quién será el afortunado que extraiga, transforme, refine y comercialice cada
yacimiento en oferta; a la apertura del mercado mexicano a los productos
extranjeros como la gasolina, le seguirá en los próximos días la liberación de
precios en los combustibles.
Estas son batallas en las que ha salido victorioso el gran capital,
que nunca ha podido tolerar que alguna rama de la economía permanezca fuera de
su dominio, pero la burguesía mundial no considera suficiente estos logros y
solo saciará su ambición cuando obtengan el control absoluto del petróleo, de
su industrialización y de todo el mercado mexicano, para lo que ya afilan sus
garras las grandes empresas extranjeras y sus agentes en el interior de nuestra
nación.
Antes de cumplir 80 años la expropiación petrolera, vienen de regreso
varias de las empresas expulsadas de territorio mexicano, cuyo negro historial
de devastación de la naturaleza y de abusos contra la población en todos
aspectos la constitución de México antes de las reformas específicas que la
industria petrolera es propiedad inalienable a imprescriptible de la nación y
que el pueblo de México hará valer su potestad por todos los medios legales a
su alcance para devolver a la patria todos aquellos bienes indebidamente
enajedos por el gobierno.
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