METRO
COSTUMBRES
Costumbres
funerarias en el México antiguo
Por Ing.
Julián ROMERO TEHUITZIL
Primer Parte
CHOLULA.- Entre las costumbres
funerarias del México antiguo, la cremación era común, sobre todo para los
tlaloque, "reyes", y los nobles. ¿Habrá sido esta práctica una
reminiscencia de la inmolación de los dioses en la creación del Quinto Sol en
Teotihuacán, cuando las deidades se inmolaron en el fuego para que el sol
pudiera andar por el cielo? En las fuentes históricas hay poca información sobre
la razón de la cremación.
Sin embargo,
la Historia de México apunta que "después [de morir] habían de quemar los
cuerpos y guardar las cenizas porque esperaban que Mictlantecuhtli, dios del
infierno los dejaría salir y así resucitarían otra vez" (1973: 104). Los
cronistas describen los ritos funerarios, la corteza, la madera considerada
divinas en estas ceremonias, tienen un papel importante en los funerales de los
dirigentes.
Igual que
los manantiales, las cuevas y los cerros, a los árboles los consideraban
animados y se les hacían invocaciones y ofrendas (Durán 1967, I: 282). La
madera y otras partes del árbol acompañaban a la gente desde su nacimiento
hasta la muerte. Los árboles resinosos, sobre todo los pinos, eran
especialmente apreciados.(1)
(1 Cien
especies del género Pinus (Pinaceae coniferales) existen en todo el mundo; más
de la mitad se encuentran en México (Styles, 1993: 397).
Asimismo, el
uso del papel de corteza, el amatl, fue frecuente en los ritos. La "leña
de los dioses", es decir, la corteza, fue el material especial para quemar
los cuerpos de los señores, "así tenían a aquel género de leña en gran
reverencia", y al incinerar el cadáver del tlatoani, esta corteza hacía
"muy hermosa brasa y muy durable en el brasero divino" (Durán, 1967,
II: 296, 295). Aquí veremos lo que han dicho los historiadores de los siglos
XVI y XVII de la muerte y los funerales de los señores principales en el México
antiguo.
Motolinía
Según fray
Toribio de Benavente o Motolinía, 1554, (1971: 304307), las exequias de los
señores se llevaban a cabo de esta manera: los ritos funerarios se efectuaban
cuatro días después de la muerte.
Las personas
que participaban en la ceremonia ofrecían mantas y otras cosas pero
principalmente esclavos "para matar delante del difunto". Cortaban
unas guedejas de cabello de lo alto de la coronilla porque se creía que
"la memoria de su ánima" se encontraba en los cabellos y los juntaban
con otros que se le habían cortado cuando nació, todo puesto en una caja
"pintada por dentro con figuras del demonio". Envolvían el cuerpo en
quince o veinte mantas finas, ponían un jade en la boca para representar el
corazón. Una máscara "pintada" se colocaba sobre la cara y se
adornaba el cuerpo con las insignias del dios principal del lugar, en cuyo templo
o patio se había de enterrar.
Las mujeres,
familiares y amigos del difunto iban llorando, otros cantando o tocando
atabales. Los sacerdotes recibían el cuerpo y allá en el patio del templo lo
quemaban con ocote y con "cierto género de incienso que llaman
copalli". El primer esclavo sacrificado era el que en la casa del difunto
había sido el encargado de cuidar la lumbre en los incensarios de los altares,
por eso lo mataban primero para que no le faltara al señor el copal, que
siempre debía estar presente en los ritos.
Mientras el
cadáver se quemaba, se sacrificaban algunos esclavos que habían pertenecido al
difunto y otros que habían llevado los visitantes. El número de los
sacrificados dependía del prestigio y la posición del muerto; Motolinía dice
que eran entre 100 y 200.
Después de
sacarles el corazón, los sacrificadores echaban los cuerpos en el mismo fuego
que consumía el cadáver del señor. Para que guiase al difunto, mataban un
perro, flechándolo con una saeta en el pescuezo. En este relato el perro
conducía por las nueve casas del camino, por las barrancas así como para pasar
por las aguas. Se quemaban más esclavos en otro lugar.
Al siguiente
día se recogían las cenizas del muerto y las ponían en la caja donde se
encontraban los cabellos, junto con la piedra verde que habían puesto en la
boca del difunto. Encima de la caja se colocaba una figura de madera que era la
imagen del señor desaparecido.
Sus mujeres
y parientes hacían una ceremonia ante la imagen y la caja, esa ceremonia se
llamaba quitonaltia, "hacer ofrendas al muerto", Durante cuatro días
se hacían honras con ofrendas. Al cuarto día mataban otros esclavos porque se
creía que en ese tiempo el ánima iba en camino y necesitaba más gente que le
ayudara.
Continuaban
los sacrificios, a los 20, 40 Y 80 días. Este último era "como cabo de
año", ya no mataban más. Sin embargo, cada año se hacían ceremonias ante
la caja, sacrificando codornices, conejos, aves y mariposas, al mismo tiempo
que ofrecían comida, pulque, flores, caños de tabaco y mucho incienso. Durante
cuatro años se repetían las exequias para el "señor principal" y
"en esta memoria de los difuntos, los vivos se embeodaban y bailaban y
lloraban, acordándose de aquel muerto y de los otros sus difuntos" (lbid.
306).
Motolinía
describe las exequias del calzoncin de Michoacán (1971: 301-303). La corteza y
el ocote, "la leña de rajas del pino", se usaban también para quemar
el cuerpo del supremo dirigente en esa región. Muerto el calzoncin, su hijo
anunciaba su deceso a los señores y principales, quienes lloraban el suceso.
Luego se procedía con los ritos funerarios: bañaban el cuerpo y lo vestían con
ropas finas, que incluía el bezote de turquesa, emblema de realeza.
Colocaban al
calzoncin muerto en una litera, con un "bulto" como imagen del
difunto hecho de mantas, cubierto con un gran plumaje de largas plumas verdes.
Además, ataviaban el bulto con joyas y sandalias y colocaban con la imagen
flechas y un arco con su carcax de cuero de jaguar.
Acompañaban
al cuerpo del difunto, hombres y mujeres que le habían de servir en el otro
mundo: siete mujeres que llevaban los bezotes, una servidora que cuidaba las
joyas, cocineras, personas para lavarle las manos o darle el orinal, hombres
que le peinaban, un servidor encargado de hacer las guirnaldas de flores, un remero,
un barquero, los joyeros, los que fabricaban las armas, los médicos, músicos y
danzantes, en fin, todos los que le iban a servir en el más allá, por eso
tenían que morir con su amo.
Estas
personas tenían guirnaldas en las cabezas y los rostros pintados de amarillo.
A la media
noche sacaban el difunto en procesión y con música, al patio del templo de
Curicaberi, el principal dios. En el patio había una gran hacina de leña de
rajas de pino con mucha corteza, la piel del árbol resinoso.(2 )
(2.- En otra
región a la corteza de árboles se le llama 'U pach ch, "su espalda
árbol", "la corteza del árbol a la redonda", o sea su piel. (C.
Alvarez, 1980,I: 181).)
Los
participantes daban cuatro vueltas alrededor de la leña, tocando sus
instrumentos al mismo tiempo, entonces colocaban el cuerpo encima de esta
madera sagrada y le prendían fuego. Según las crónicas, (3 ) los que iban a
morir no sentían "tanto la muerte, teníanlos ya emborrachados, y
enterrábanlos detrás del templo de... Curicaberi" (Ibid. 302).
3 Las
Relaciones Geográficas del siglo XVI, véase t. 9, Michoacán, 1987, además de
Motolinía, Memoriales, 1971.
El cronista
no menciona como les daban muerte. Cuando amanecía, el cuerpo del calzoncin
estaba hecho ceniza y las joyas se habían derretido. Llevaban las cenizas a la
entrada del templo, donde hacían otro bulto de mantas, el cual vestían con
joyas, los plumajes y armas del calzoncin, luego colocaban una máscara de
turquesa donde estaría la cara.
Entonces
"hacían al pie del templo... una gran sepultura bien honda, de más de dos
brazas y media en ancho... y cercábanla de esteras nuevas por las paredes y en
el suelo, e asentaban allí dentro una cama de madera, e tomaban aquella ceniza
con aquel bulto compuesto". Un sacerdote lo colocaba en la sepultura,
dentro de una tinaja de manera que mirase al oriente, acompañado por ofrendas y
alimentos.
Se despide
su amigo Ing. Julián Romero Tehuitzil, colibrifuerte2001@yahoo.com.mx
La Caja de Cartón., email: tlciudadana@gmail.com
www.tlciudadana.com.mx de tus amigos
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