Por Braulio PAISANO
-AL CONSEJO
TECNICO
PUEBLA.- -Por medio de la presente, me
dirijo a ustedes, de la manera más atenta y respetuosa, para solicitar su apoy…
(SIC.); con estas líneas comienza la carta más larga que he leído, compuesta de
13 cuartillas escritas a mano, la misiva solicita al órgano de gobierno del
interior del Centro de Reinserción Social de la Capital del Estado de Puebla
(CERESO de San Miguel), su intervención para esclarecer el cambio en los tratos
de los internos, de uno en específico.
Víctor Hugo
Fernández Gayozo es un interno del CERESO, que ingresó en 2013 acusado por
cometer delitos contra la salud, sentenciado a 5 años 4 meses de prisión, hoy
se encuentra a la mitad de su proceso, probablemente alcance su libertad en la
primera mitad del 2018.
Lisletz
Rodríguez Peralta es esposa de Víctor Hugo, y lo ha acompañado a lo largo de
los últimos tres años enfrentando juntos el proceso para alcanzar su libertad y
así poder reiniciar con su vida en común y continuar con la formación de la
familia que fundaron hace unos 6 años. Juntos ha sorteado toda clase de escoyos
en el proceso penal que él enfrenta, sin embargo eso no los desamina a que esto
tarde o temprano se acabará.
“en enero de este año, el día 20 para ser
exactos, mi esposo fue segregado y trasladado a un espacio al interior del
CERESO, donde se encuentran presos de los denominados de alta peligrosidad, de
ahí a la fecha, todo se ha ido empeorando, castigos, aislamientos, pago de
“”cuotas”” de esas que se supone no existen”. Así lo expresó Rodríguez Peralta
en entrevista concedida a diferentes medios de comunicación.
Hoy,
familiares de Víctor Hugo Fernández Gayozo levantan la voz y piden a las
autoridades encargadas de la impartición de justicia en este país que volteen
la cara al interior del CERESO, que revisen con lupa las acciones de directivos
del penal, específicamente al Fiscal del Estado Víctor Antonio Carrancá, a la
Procuraduría General de la República (PGR), a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos para que revisen porque
un hombre que si bien cometió un error, y hoy paga su deuda con la sociedad, es
vulnerado en sus derechos humanos, colocándolo en espacios que en nada ayudan a
su regeneración; no después de que ha demostrado su compromiso de
reivindicación. Fernández Gayoso, cursa o por lo menos mantiene la intensión de
terminar sus estudios de bachillerato becado por el Tecnológico de Monterrey
demostrando su buen nivel académico.
Es claro que
la corrupción, el favoritismo, el tráfico de influencias al interior del CERESO
existe, el hacinamiento existe, todo en una infraestructura obsoleta y caduca
de hace lustros; que los cotos de poder y abusos son el pan nuestro de la
cotidianidad carcelaria, y que la larga serie de vicios en el sistema
penitenciario poblano son el lastre que cargan centenares de familias poblanas.
Donde en muchos casos terminan cansados, desgastados y hartos de cargar con el
monstro de la corrupción que gobierna el y los centros penitenciarios de este
estado poblano.
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