CHOLULA.- Si nuestras autoridades creen
que el mando único de la policía es el remedio para todos los males
delincuenciales del país, nosotros tenemos nuestras dudas. Además de que la
delincuencia tiene un fondo muy profundo y acumulativo en su origen y
desarrollo, denota que en estrategias lleva la delantera.
Y si a los
presidentes municipales se les priva de ejercer el mando de las policías, se
les priva también de gobernabilidad; recordemos que una de las autoridades más
cercanas a la ciudadanía, son precisamente las que ejercen los presidentes
municipales y desvinculándolos del mando policiaco, se debilita su autoridad,
además de violar el artículo 127 constitucional, referente a su autonomía.
El mando
único no es más que un paliativo estructural, como que da a entender que no
hallan la puerta y no saben qué hacer.
El Perro Manda al Gato y el Gato a su Cola
Si al
contrario, se le diera más poder a quienes conocen el terreno en todos
sentidos, ante un control y vigilancia estricta por algún departamento
especial, eso sí central y se proporcionaran los elementos necesarios para su
misión, además de vigilar la aplicación estricta de los dineros, pensamos
tendría mejores resultados que un súper mando único policiaco.
El ejército
mismo desconoce a los delincuentes, (en Apatzingán, pasaban junto a ellos) es
un mal planteamiento, otro experimento más, que muchos rogamos para que
funcione, porque ya son muchos; uno de ellos, fue meter al ejército de policía
sin que haya dado los resultados esperados; todos creyeron que ese era el
remedio, que con él se iba a exterminar la criminalidad, pero no.
Hasta
miembros importantes castrenses, fueron trastocados por el oro. ¿No sería
locura, declarar una amnistía y que alguien de la inteligencia de los malos,
nos echara la mano?
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