Por Ing. Julián
ROMERO TEHUITZIL
Los códices
de MÉXICO
Los códices
son manuscritos pictográficos o de imágenes realizados por los indígenas de
México y América Central
Primera
Parte
CHOLULA.- A los encargados de elaborar
los manuscritos se les llamaba Tlacuinos, los que escriben pintando en náhuatl,
y podían ser tanto hombres como mujeres. Para poder leer los códices, se les
colocaba horizontalmente en el suelo, protegidos por esteras, así el tlacuino
lector y los oyentes se situaban alrededor del códice y podían verlo en su
totalidad. Los antiguos habitantes de Mesoamérca plasmaron en los códices su
concepción del mundo, sus creencias religiosas, sus actividades comerciales e
incluso cotidianas.
La palabra
códice viene del término en latín codex, que significa "libro
manuscrito", y se utiliza para denominar los documentos pictóricos o de
imágenes que fueron realizados por los indígenas de México y América Central.
Grandes
civilizaciones de Mesoamérica como los mayas, aztecas, mixtecos, zapotecas,
otomíes y purépechas, entre otros, registraron sus conocimientos en los códices
desde épocas muy remotas; la información que éstos proporcionan permite
apreciar los diversos aspectos culturales, sociales, económicos y científicos
desarrollados por los pueblos antiguos, como sus creencias religiosas, ritos,
ceremonias, nociones geográficas, historia, genealogías y alianzas entre los
señoríos, sistema económico y cronología.
En ellos
están plasmados temas derivados de la tradición indígena antes de la llegada de
los españoles y las nuevas preocupaciones o intereses aportados por estos
últimos, como la religión cristiana, los problemas económicos y sociales
originados por el contacto y la vida indígena en el periodo de la Colonia. La
producción de códices continuó llevándose a cabo, hasta el siglo XVIII. Se les
ha llamado "testimonios" manuscritos pictóricos o pictográficos:
pictóricos porque son imágenes y pictográficos por estar escritos por medio de
dibujos, los cuales presentan una codificación completa de estas pinturas, que
son estilizaciones extraídas de manifestaciones plásticas muy antiguas y
elaboradas.
¿QUIÉNES LOS
HICIERON?
Los
encargados de elaborar los manuscritos debían poseer aptitudes para el dibujo y
la pintura, así como profundos conocimientos de su lengua. Podían ser hombres o
mujeres de cualquier clase social que se escogían desde muy jóvenes. Se les
instruía en su lengua y en el saber de su época y posteriormente se
especializaban en algún tema. Una vez preparados pasaban a formar parte de una
clase social superior y tenían que dedicarse de tiempo completo a estas
actividades. Se les llamaba tlacuilos - término que procede del verbo náhuatl
tlacuiloa, porque escribían pintando. Sus escritos eran anónimos porque no
firmaban sus documentos ni indicaban sus nombres, su producción pertenecía a la
colectividad. El papel de los tlacuilos era muy importante, ya que tenían la
función de perpetuar el saber. De acuerdo con su especialidad, se les destinaba
a los centros religiosos, económicos o civiles que necesitaban sus servicios,
como templos, tribunales, casas de tributo, mercados y palacios, entre otros.
El tlacuilo residía en esas instituciones, realizaba los códices especializados
en su propia materia y estaba encargado de establecer y leer según sus
atribuciones y cargos.
Los
manuscritos se guardaban en lugares llamados amoxcalli- amoxtli, significa
"libro" y calli "casa". La posesión y manejo de los códices
por la clase dirigente, señores y sacerdotes, aseguraba la conservación y el
control exclusivo de todo saber alcanzado, lo cual contribuía a su afirmación
en el poder. Sin embargo, aunque solamente los tlacuilos escribían códices,
existían muchas personas que podían leerlos, como los egresados de las escuelas
superiores, la burocracia estatal y aun la gente del pueblo conocía suficientes
signos en las inscripciones de los frisos de los edificios públicos para
diferenciarlos, identificaban por ejemplo los nombres de los dioses, los
numerares y otros signos.
¿CÓMO SE
LEÍAN?
Para leer
los documentos, se les colocaba completamente extendidos horizontalmente,
protegidos por esteras, en el suelo. El tiacuilo lector y los oyentes se
situaban alrededor del códice; así podían verlo en su totalidad y moverse en
torno de él. El lector podía relacionar sus lecturas iniciales, finales e
intermedias según las necesidades de información.
¿CÓMO SE
CLASIFICAN?
Se les
clasifica dé acuerdo con sus orígenes, época prehispánica y colonial, soporte,
formato y contenido temático.
Los códices
prehispánicos están realizados sobre papel de amate, piel de venado, tela de
algodón tejida en telar de cintura y posiblemente, y papel de maguey; los
coloniales introducen el papel europeo, la tela industrial y el pergamino. Existían
varios formatos: la tira de piel o papel de amate en composición horizontal,
que se denomina banda cuando es vertical, y se llama rollo o biombo según la
manera de guardarlo; el lienzo de tela de algodón; la hoja de papel; el panel,
en el que se unen varios elementos del mismo material para obtener una
superficie mayor.
Por sus
orígenes se les agrupa con el nombre de la civilización a la que pertenecen:
maya, mixteca, azteca, etcétera. Según su época, tomando en cuenta la
Conquista, son prehispánicos o coloniales y cuando es posible se menciona el
siglo en que se produjeron.
En cuanto el
contenido temático, se ha agrupado según el tema más importante de cada
manuscrito, porque casi siempre abordan varios: 1. Calendáricos - Rituales
(almanaques y ruedas), 2. Históricos, 3. Genealógicos, 4. Cartográficos
(lienzos, mapas y planos), 5. Económicos (catastros, censos, registros
financieros, planos de propiedades, tributos), 6. Etnográficos,
7. Misceláneos, de litigios, de historia natural, 8. Catecismos indígenas y
etc.
¿CÓMO SE LES
DIO NOMBRE?
Los primeros
investigadores empezaron identificar individualmente los documentos indígenas
dándoles nombres diferentes; el principio en latín. Al nombre genérico codex se
le agregaba el nombre propio del lugar en que se conservaba el manuscrito, como
en el caso de los códices Víndobonensís (de Vienna), Dresdensis (de Dresden) y
Borbonicus (Palaís Bourbon); o bien del poseedor: Borgia, Fájérvary-Mayer y
Cospi; de la institución que lo guardaba: Vaticanus; o del investigador: códice
Nuttal.
Otras veces
se escogió el soporte o el formato, como tira, rollo o libro, al que se añadía
el nombre del lugar de origen. También se utilizaba el tema principal aparente
como calendario, mapa, censo, lista de tributos, etcétera, A menudo en épocas
distintas, se las atribuían nuevos nombres que se sobreponían a los anteriores
y así se conoce un mismo manuscrito con varios nombres, que sólo pueden ser
identificados por medio de los índices que se han elaborado recientemente.
Se despide su amigo el ColibríFuerte.
La Caja de
Cartón., email: tlciudadana@gmail.com.. www.tlciudadana.com.mx de tus amigos
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