CHOLULA.- Nuestra constitución (El
hermoso poema, como la definió Justo Sierra), convertida en tirlangas por los
diferentes congresos pasados y presente, por las modificaciones a modo, que le
han hecho, no significa más que un código violatorio, en el ejercicio cotidiano
de los gobiernos y poderosos.
El
incumplimiento de la ley, es el principal problema que aqueja la vida de los
mexicanos. Debido a eso, se desprende la corrupción, la impunidad, la
concentración de la riqueza, la desigualdad, etc. Y desde luego todo esto
desemboca en la injusticia.
Se supone
que las leyes son para armonizar la convivencia de las sociedades, limitando la
conducta humana para lograr una sana interdependencia. Pero tal parece, que es
más productivo, para un sector, el político, la violación de las leyes que
rigen a este desmadrado país. Porque si existiera la observancia de nuestras
leyes, no existirían todos esos males que han proliferado por todo México,
incluyendo el crimen organizado.
El Bien Viene Andando, Pero el mal Llega Volando
Todos los
malos padecimientos nacionales se derivan de esa maldita palabra llamada corrupción; en economía, educación,
democracia, en todo. El que no es, lo hacen, lo obligan y controlan. Todo lo
arrastra como las crecientes de los ríos.
Este país no
se desarrollará, mientras exista ese mal; más ahora que están rematando
nuestros recursos naturales al mejor postor y echan por tierra toda la lucha
revolucionaria, dando certeza a lo que Jean François Revel dijo: que las
revoluciones “o sirven para concentrar más el poder o no sirven para nada”
(Cita de Francisco Martín Moreno) y tal parece que nuestros gobiernos están
haciendo que sea eso verdad, por su evidencia.
Tanta es la
corrupción que mediante acuerdos cupulares, despojan al pueblo de su derecho de
elegir (No de votar), porque ya corren rumores entre la ciudadanía de los que
tuvieron PRI Y PAN, para este año y el 18 para designar a los gobernantes.
De ser
cierto, es el mismo patrón usado desde la postrevolución, y el voto se
convierte en legalizador de lo que ya está decidido por la misma clase
política, esa que no puede poner remedio, porque muchos pensamos, que es
dificilísimo deshacer el nudo gordiano en que están atrapados miembros de los
tres poderes de la unión.
Debe existir
una red bien entretejida con las manos del tiempo, muy difícil de destejer. Así
que no nos ilusionemos que ahora sí vamos a votar por quien deseamos. El circo
ya tiene su función bien estructurada. La anti revolución, está en todo su
apogeo.
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