CHOLULA.- En estos tiempos
preelectorales, las manecillas de las brújulas empiezan a girar hacia los
flancos ideológicos. La verdad es que por más que se auto identifiquen o
autodefinan sus tendencias filosófico--sociales, ya es difícil creerles a la
mayoría de los que a eso se dedican.
Los que
votamos, ya no entendemos tanto merequetengue de los partidos políticos. Las
alianzas que se realizan en unas partes sí y en otras no o, en unas no y en
otras sí, entre partidos antagónicos (se supone), han hecho que la credibilidad
en ellos, se considere como un síntoma de decadencia y el camino a su
extinción. Denotan claramente que sin esas alianzas, por la debilidad de lo que
sustentan, son derrotados en las elecciones.
Un partido
que no lucha por sus banderas, no tiene razón de existir. Independientemente
del gasto oneroso y hasta criminal, en este país con 55 000 000 de jodidos,
como yo, la lucha social, nunca había estado tan deprimente, tan insubstancial,
tan baja (de bajeza), como en los tiempos actuales.
No hay razón
de ser, si en un lugar contraponen sus ideales y en otro los mezclan, como si
fuera un licuado de ideales, dando por resultado administraciones “monstruo”.
Para Mentir y Comer Pescado… ¡Mucho Cuidado!
El municipio
de Cherán, Michoacán, está dando un ejemplo de lo que es gobernar sin partidos
políticos. Ha logrado triplicar el alcance de su presupuesto; se rigen por un
consejo ciudadano, electo DEMOCRÁTICAMENTE, no existe la delincuencia, no hay
robos, en fin viven en santa paz, dedicados a sus actividades cotidianas, sin
basura electoral (física y oral) y todos cuidan el desarrollo de la comunidad.
El
presupuesto electoral que les corresponde, lo invierten en obras. Esto quiere
decir que SÍ se puede prescindir de estos grupos o castas que dilapidan nuestro
dinero en campañas innecesarias, como la de JOLOPO (si mal no recuerdo) cuando
fue candidato único a la presidencia nacional.
Falta
muchísima ética política, en las contiendas; tanto en lo económico, como en los
principios que, se supone sustentan y que son su razón de ser.
En fin, las
alianzas demuestran la debilidad de los partidos y en cierta forma se salvan de
ese concepto, los que no lo hacen y van solos o se abstienen, antes que
participar en las acostumbradas farsas electoreras.
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