Por Andrés
ZACA NAYOTL
CHOLULA.- Un niño es un ser sensible,
sincero, espontáneo, honesto y nuestra responsabilidad es fortalecer todas esas
virtudes y evitar dañarlos emocionalmente, con nuestro miedos o carencias que
nos llevan a vivir, con el complejo de creernos padres estrictos, pero actuando
con mucha ignorancia e irrespeto.
La excusa
favorita de los padres maltratadores, que aseguran no creer en este sistema de normas,
cuando han actuado mal y se sienten culpables por haber castigado cruelmente a
sus hijos, es esta: “A mí me criaron así”, y lo dicen con un cierto orgullo,
con el cual pretenden esconder su ignorancia y el sentimiento de culpa.
Cuando a un
padre o madre no le importa dañar a sus hijos y se justifican con esos
tontos argumentos, para no tener que
aceptar sus carencias y superarlas lo que mantienen en su hogar, es un régimen
de venganza, donde repiten de forma compulsiva, todos los modelos de castigos
que les aplicaron a ellos durante su formación.
Por ejemplo
hay padres que castigan a sus hijos no tanto con la intención de corregirlos,
sino para hacerlos sufrir. Estos son los padres que golpean a los niños hasta
que sienten en el llanto del niño el dolor, que le querían causar. Pero hacer
sufrir a nuestros hijos, no es el método amoroso y estimulante, para que tomen
la iniciativa de cambiar cualquier comportamiento inadecuado.
En realidad,
es una verdadera desgracia ser niño y tener a un papá o una mamá de este tipo.
Señores padres, es vital superar nuestras carencias y traumas de la infancia,
para no desgraciarle la vida a unos seres inocentes, dependientes de nosotros y
que no son nuestros enemigos. Con un sistema de normas básicas, límites y sanciones
para las desobediencias e
incumplimientos, es suficiente para formar a nuestros hijos como seres
autónomos, respetuosos, responsables y amorosos.
Las normas
que se establezcan en el hogar, no pueden tener un carácter persecutorio, que
lleven al niño a pensar que nosotros no queremos que ellos se diviertan o
disfruten de sus cosas, juegos y amistades. Los niños deben sentir que las
reglas establecidas tienen un solo objetivo: Protegerlos, porque los amamos y
nos importan mucho.
Hay otro
aspecto importante es el permitirle a nuestros hijos que aprendan el sentido de
la responsabilidad. Para lograr esa meta, es necesario que ellos asuman las
consecuencias de sus decisiones.
En verdad,
todo niño en cualquier momento de su vida, desobedecerá alguna de las normas
acordadas, y lo hará por diferentes motivos. Por curiosidad, porque siente
rabia, por descuido o cualquier otro motivo, pero esta desobediencia, debemos
verla como algo natural y normal en la niñez y no como una amenaza para nuestra
autoridad.
Pero es
vital que el niño aprenda que “Si hace esto, pasara esto” y “Sino hace eso,
sucederá esto”. Los niños, también deben aprender, que el disfrute de las cosas
a las cuales ellos tienen derecho, lo obtendrán cuando cumplan con sus deberes.
Este aprendizaje les servirá más adelante en la etapa de la adolescencia como
la base para tomar muchas decisiones importantes, sobretodo en el campo de la
sexualidad.
Un aspecto
fundamental al establecer las normas de disciplina, es que se cumpla lo
establecido, por lo tanto, la firmeza de los padres es determinante. Existen
casos donde nosotros, por el hecho de estar alegres, tomando licor o cuando nos
sentimos cansados, deprimidos o no estamos de ánimo, permitimos que nuestros
hijos violen las reglas ya pautadas. En ese momento, tratamos de justificar
nuestra irresponsabilidad, convenciéndonos de que lo hacemos porque somos buena
gente. Señores padres, si nosotros no tenemos la firmeza para hacer cumplir las
normas, nuestros hijos dejaran de creer en nosotros como el modelo de autoridad
y en las reglas acordadas. Esto mismo sucede con aquellos padres que se manejan
en base a promesas, como por ejemplo, cuando le ofrecen a sus hijos cosas como:
“Mañana te llevo al parque” o “Después te compro eso” y no cumplen. Esta conducta
lo único que les enseña a los niños, es la inconsistente y lo impredecible que
son sus padres.
0 comentarios:
Publicar un comentario