CHOLULA.- Declaración de lo que se
sabe, confesando a Jesucristo, con paciencia ternura te llama, ven a él, óyele
llamando, llamándote a ti, mientras él, te llama ven: No sea infiel, escucha su
voz de amor, hay que confesarlo delante
de los hombres: os dio que todo aquel que me confesare delante de los hombres,
también el hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios, Lc.
12-8.
A
cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le
confesaré delante de mi padre que está en los cielos; y a cualquiera que me
niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi padre que
está en los cielos, Mt. 10-32-33.
Algunos
creen en él, pero no lo confiesan delante de los hombres, con todo eso, aún de
los gobernadores, muchos creyeron en él, pero a causa de los fariseos no lo
confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga, porque amaban más la gloria
de los hombres que la gloria de Dios, Jn. 12-42-43.
La confesión
se hace para salvación, que si confesares con tu boca que Jesús es el señor, y
creyeres en tu corazón que Dios se levantó de los muertos, serás salvo, porque
con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación:
Ro. 10-9-10.
La confesión
se hace ante el bautismo, Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes, y
respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el hijo de Dios, Hch. 8 3-7.
Todos podrán
confesar a Jesucristo, y toda lengua confiese que Jesucristo es el señor para
gloria de Dios Padre, Fil. 2-11.
Algunos
fueron castigados por confesar a Jesucristo, esto dijeron sus padres, porque
tenía miedo de los judíos por cuanto los judíos ya habían acordado que si
alguno confesase que Jesús era el mesías, fuera expulsado de la sinagoga, Jn.
9-22.
Los
incrédulos no confesaron que Jesucristo ha venido en carne, en esto conoced el
espíritu de Dios, y todo espíritu que no
confiesa que Jesucristo ha venido encarne, no es de Dios, y este es el espíritu
del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y ahora ya está en el
mundo, I. Jn. 4-2-3.
Confesando
nuestros pecados, si debemos confesar nuestro pecados, confesaos vuestras
ofensas unos a otros y orad uno por otros, para que seáis sanados. La oración
eficaz del justo puede mucho, Stg. 5-16.
Debemos
confesar los pecados a Dios, si confesamos nuestros pecados, él es fiel y
justo, par a perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad, I. Jn. 1-9.
Llamando por
ti perdido pródigo ven; ven, oh prodigo, ven sin tardar, te llama Dios, óyele
llamando, llamándote a ti, tú que vagas errante, escucha su tierna voz, escucha
su voz de amor, de tu padre en la casa abundancia hay de pan, óyele llamando,
llamándote a ti, la mesa está lista, la bienvenida dan, escucha su voz de amor.
Dios te ama.
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