CHOLULA.- Los recientes cambios en el gabinete Peñanietista, en nada
favorecen su imagen tan menguada.
Aunque el INE, por intereses (¿?), temor o síndrome Maderista,
exoneró y no declaró como delincuente electoral a Arturo Escobar, la ciudadanía
lo percibe y aumenta la incredulidad de las decisiones gubernamentales.
Por su trayectoria, no se cree que haya buenos resultados en ese
rubro tan importante. Su partido, es una vergüenza nacional e internacional,
por tantos años de comparsa, sin aportar nada, más que el gasto del erario,
para sus triquiñuelas, recursos tan necesarios en cosas útiles.
Esto y otras cuestiones, denotan que la partidocracia, es un fracaso
y solo es una barrera para el desarrollo nacional. Los partidos ya deben pasar
a mejor vida. Ya medio cumplieron.
Disculpen el Retobo y el Arrempujón
Las cuentas de doña Rosario, en la época de Ahumada, no han sido
clarificadas y se duda mucho que conozca los problemas sobre la tierra. Como
que hemos vuelto a la todología; cuando los políticos rodeados de malos
asesores, manejaban cualquier cargo, encareciendo las administraciones.
Es raro que se le dé tanto vuelo a la ex-perredista y ex-regente del
D. F. volvemos a la época de Ojeda Paullada, quien parecía el comodín de varios
sexenios, como si hoy no bastara el chapulinismo generalizado.
Esa es nuestra clase política, que ni historia sabe. El embajador de
México en Inglaterra, gritó ¡viva Porfirio Díaz! si a los políticos los
nombraran arzobispos, aceptarían aunque no supieran rezar.
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