Por Andrés
ZACA NAYOTL
CHOLULA.- El miedo es la enfermedad que
a los hombres y mujeres de hoy no permite ser felices. Pues nuestra vida está
rodeada de miedo, y mira que si es de mucho miedo. Y prueba de ello, es el caso
que se nos presenta la Biblia en su libro del Génesis, cuando el primer hombre,
Adán, lo llamaba Dios y éste estaba lleno de temor:
“He oído tu
voz en el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo; por eso me escondí
(Génesis 3,10)”.
Es una
respuesta simple pero que ahora se encuentra en nuestros corazones, parece que
nuestros primeros padres nos dejaron como herencia el miedo. Porque al igual
que ellos tenemos miedo a mostrarnos tal y como somos, preferimos escondernos y
vivir en las apariencias. Tenemos miedo a la desnudes de nuestra vida. Pero no
sabiendo que el éxito de nuestra vida personal como profesional esta en
mostrarnos a los demás tal y como somos.
¡Cuántas
cosas no se hacen, porque se tiene miedo!
Tengamos
también ahora en cuenta que la agresividad y la violencia son expresiones de un
hombre o una mujer con miedo, que están asustados. Porque la agresividad y la
violencia viene en defensa preventiva cuando se tiene miedo.
Lo cierto,
es que el miedo no es una novedad: el miedo ha acompañado al hombre y la mujer
por miles de años, desde la misma creación como lo muestra el libro del
Génesis.
Pero hay
miedos típicos de muestro tiempo, miedo a la crisis económica, a no tener
empleo, a estar solo, a no comer, a morir, a dormir solo, a sociabilizar, a
estar enfermo, al fracaso y al futuro. En fin son tantos miedos que si le damos
mucha importancia terminaran por apoderarse de nosotros y que por supuesto no
nos permitirán vivir felices.
Tenemos más
miedo porque estamos más solos, es una enfermedad antigua del hombre. Pero
tenemos miedo porque nos hemos alejado de la gente que amamos, y hemos seguido
placeres egoísta que solo nos han hecho sentir más solos.
Ante muchos
miedos, solo puede quedar un camino y es la confianza en Dios.
En Dios debe
estar puesta nuestra esperanza y confianza. Y no caer en la tentación de
sentirnos los valientes y de que solos podemos afrontar nuestros problemas,
porque entonces vamos a vivir la misma situación que vivió Adán, y es de vivir
en temor. En la unidad con Dios, la familia y los amigos es como se pueden
superar los temores que afligen nuestra vida diaria. Dios es nuestra confianza
para salir adelante.
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