CHOLULA.- La
comparecencia de don Emilio Chiaufet, Secretario de Educación Pública,
evidenció la mala calidad legislativa en las reformas estructurales.
Hay muchas
islas en la conformación reglamentaria, al grado de que don Emilio, ridiculizó
el trabajo del Congreso, que se supone, está terminado.
Aquí entre
nosotros podemos arreglar lo perfectible, pero no cuando se firmen los contratos de concesiones a las
compañías petroleras; para entonces no habrá reversa y como dijo un personaje
norteamericano “se los van a comer”.
Hasta nos
asiste el derecho de tener cierto “Sospechosismo” de que todo eso, incluyendo
omisiones legales, está fríamente calculado, para completar impunemente el
entreguismo de nuestra riqueza patrimonial.
No se
conciben tantos cerebros de tantas personas a las que les pagamos los sueldos
más altos del país, que incurran en errores tan drásticos en la elaboración de
leyes como el de que los maestros tengan doble patrón, uno para mandar y otro
para pagar.
Una Cobija muy Meada
El país que
más daño ha hecho al nuestro, es el vecino del norte y, no escarmentamos. Los
descendientes de Votán nos manejan como quieren.
El secreto
29 (firmado subrepticiamente, por Obregón), probablemente esperaba estas
reformas para aplicarlo.
Se trata de
la riqueza petrolera que hay desde la frontera
hasta San Miguel El Alto, Jalisco (Leopoldo Mendívil) y que es una
reserva natural y sin costo de almacenaje, para nuestros vecinos. Es muy casual
que se trace una frontera imaginaria y ahí se termine la zona petrolífera de
Texas.
El santo
Papa, criticó el sometimiento de los gobiernos a las empresas, pero en todo el
planeta, es lo más frecuente, debido a que hoy lo que cuenta son los intereses
económicos que dan el poder, el oro, la plata, pero sobre todo el petróleo.
La industria
armamentista es la que estimula el consumismo a través de los conflictos
sociales y es la cuña entre esos intereses. Buena intención del Papa, pero por
ahora es una utopía. En México, exijamos a nuestros legisladores se apliquen.
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