POR ENRIQUE
RUIZ VILLASEÑOR***
CHOLULA.- Estimado lector, esta semana
hablaremos de las buenas decisiones y de como la inteligencia y la voluntad nos
ayudan para lograr nuestros objetivos.
Hace varios
artículos hemos hablado de la voluntad y de la importancia de hacer las cosas,
de nada sirve saber lo que hay que hacer
si no lo hacemos.
Pero también
es igual de malo actuar de inmediato y hacer sin saber si lo que hacemos está
mal o bien. Por ejemplo, imagina que te doy las instrucciones para que armes un
coche de juguete pero todas las instrucciones te las doy mal. Aunque sigas las
instrucciones al pie de la letra todo te saldrá mal. Te preguntarás porque te
salió mal el coche si seguiste las instrucciones, la respuesta está en que las
instrucciones te las dieron mal. Ahora lleva esto a tu vida diaria, dime
cuantas veces has hecho cosas porque así te lo enseñaron, por que así le hace
tu papá o tu mamá y tal vez tienes imágenes en tu mente desde niño y aunque ya
seas un adulto sigues repitiendo las conductas que viste en tu casa sin
siquiera preguntarte si están bien o mal.
Por ejemplo
imagina un hijo que cada vez que le pide algo al padre este le contesta de mala
forma, lo critica y le hecha un sermón
de treinta minutos. Por supuesto que el hijo la siguiente vez ya no se le
acercará al padre. Pero lo malo es que este hijo crece y cuando le toca ser
padre se comporta de la misma manera. Esta persona ya lo vivió y sabe lo que se
siente no tener quien te escuche y sin embargo sigue haciendo exactamente lo
mismo. Años después todos están intrigados porque nunca pudieron tener una
buena comunicación con sus hijos y culpan a todo menos a ellos.
Esto se le
puede llamar con el refrán de “La educación se mama” o “Las historias se
repiten” o “Las palabras convencen pero el ejemplo arrastra”. Todas estas
frases son ciertas y se basan en que la gente guardamos las experiencias en
nuestra mente como si fueran un menú de opciones de las cuales echamos mano
cuando tenemos que responder ante situaciones diarias de la vida. A esto me
refiero como inteligencia, a la cantidad de opciones que tienes para echar mano
y la voluntad sería que escojas una y la lleves a cabo.
Ahora
imagina que las cosas no te salen, tienes dos posibles respuestas. Tal vez tus
instrucciones están mal, es decir las imágenes de tu mente no son las correctas
o lo que has aprendido no es lo correcto. O tal vez no llevas las cosas a la
práctica. Los errores están en modelo a seguir o en la ejecución de ese modelo.
Si tú eres trabajador, le echas ganas, haces las cosas y te empeñas en hacer lo
que debes y no te salen las cosas evalúa muy bien tu plan y posiblemente tengas
mal las instrucciones de lo que estés haciendo.
Ahora
imagina que esto aplica para todo, para el trabajo, para la salud, para la
relación con tus hijos, amigos y pareja. Para todo debes tener un modelo a
seguir y debes llevar el modelo a la práctica.
La moraleja
es que observes a los que sí les salen las cosas y pienses como se están
comportando, que cosas hacen, como se conducen en su forma de ser y así tal vez
descubras errores importantes en tus modelos a seguir.
Te agradezco
tu tiempo y no dudes en llamarme si quieres algún consejo.
*** ENRIQUE
RUIZ VILLASEÑOR es economista de la Universidad de las Américas Puebla, tiene
estudios de economía en STATE UNIVERSITY OF NEW YORK, Maestro en Alta Dirección
de Empresa por el IPADE, ha sido catedrático de la BUAP, IBERO, UDLAP y UPAEP.
También ha colaborado como columnista del Periódico “El Financiero Golfo
Centro” y orgullosamente Cholulteca.
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