La
ciudadanía solo oímos y aguantamos lo que dicen y hacen nuestros políticos,
impasiblemente. Nuestras voces son tan insignificantes que no se oyen.
Pero todo
tiene un desarrollo vertical, llega a su clímax y empieza a caer. Esto lo
demuestra la historia.
Es posible
que en México, las cosas ya estén colmando a la sociedad y empiece a surgir el
descontento espontáneo y generalizado por tantos desatinos gubernamentales, por
los cuales tuvo su origen y desarrollo la delincuencia. Si México no se hubiera
saqueado tanto (nomás tantito, como dijo un candidato), no exportaríamos
braceros, ni necesitaríamos capitales extranjeros, ni hubiera marginados y
analfabetas, ni desempleo, etc. pero ese hubiera, ya es y es nuestra realidad.
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