¿Forastero a
dónde vas, y de dónde vienes?
Viejo,
cansado, de pasos lentos; ¡Voy a las ciudades!
Los ojos
negros se han anublado, al paso de los años
Tránsito,
sin rumbo, ni esperanza, en los caminos.
Colinas y
pedregales, desiertos áridos al transitar
Caminos
sinuosos e interminables a enfrentar
Días y
noches, se siente cansancio y fatigas
Cuando la
vida es sueño, pronto nacerán ortigas
Del ayer
vigor, juventud, días y mañanas hermosas
Cumbres
borrascosas, montes y senderos hay
Gozo y
salud, esplendidez, perfumes y aromas de rosas
Peregrinando
en los valles y ríos, forastero soy
Ya es tarde,
llegó la madurez; solitario va Francisco
Por veredas
cortas y largos caminos; viene al hombre rico
Harapiento, sediento
y hambriento rogando, pidiendo a él
Sin salud,
débil, en avanzada edad viene a él.
Pronto se
aproxima la noche, es tiempo de caminar
Todo en el
día se hace, a trabajar sin descansar
Senderos que
busque e ignore, los montes o el mar
Decir al
hablar, nadie soy, pobre y sin amar
Mil palabras
divinas escuché, ¡Cuán grande amor!
Hoy y mañana
el forastero no pasará fuera la noche
Mis puertas
habría amenorando los pasos y el dolor
Confiando en
ellos, nunca habrá reproche
Débil,
cargado de temores y grande dolor
Desprovisto
de paz y gozo, sin conocer el amor
¡Oh! Que
amigo nos es Cristo en medio del dolor
¿Por qué no
llevas a Cristo? ¡Dios es amor!
Las calzadas
frías, desiertas, no hay caminantes
Ciudades sin
glorias, ni penas, sin peregrinos y hombres
Se han
retirado, no hay forasteros, que velan de noches
¡Oh! Quién
me diese en el desierto albergues
Dejaré los
pueblos, de todos ellos me apartaré
Me voy
caminando al cielo, muy pronto llegaré
Miles de
ángeles escucho cantar en coro
Cantaré por
la eternidad a Jesús ante su trono
¡OH! Si
quiero ir a esa hermosa y gran ciudad
En sus
calles de oro, por siempre viviré y le veré
Él me llama
a su presencia, muy pronto allá estaré
Millones de
arcángeles y serafines en la santa ciudad
¡Sí! Viviré
allá en celestial mansión el palacio real
Escucho las
campanas, me llaman al dulce hogar
Son los
últimos sonidos, me voy a descansar
Condúceme al
puerto celestial, al reposo eternal
El alba
eterna rompe en claridad, llega el final
Triunfo y
victoria en el cielo, corona de oro nos darán
El grito de
victoria de los redimidos todos oirán
Toca la
final trompeta los muertos se levantan es el final.
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