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Caminante

Written By Unknown on martes, 4 de noviembre de 2014 | 10:20



¿Forastero a dónde vas, y de dónde vienes?
Viejo, cansado, de pasos lentos; ¡Voy a las ciudades!
Los ojos negros se han anublado, al paso de los años
Tránsito, sin rumbo, ni esperanza, en los caminos.

Colinas y pedregales, desiertos áridos al transitar
Caminos sinuosos e interminables a enfrentar
Días y noches, se siente cansancio y fatigas
Cuando la vida es sueño, pronto nacerán ortigas

Del ayer vigor, juventud, días y mañanas hermosas
Cumbres borrascosas, montes y senderos hay
Gozo y salud, esplendidez, perfumes y aromas de rosas
Peregrinando en los valles y ríos, forastero soy

Ya es tarde, llegó la madurez; solitario va Francisco
Por veredas cortas y largos caminos; viene al hombre rico
Harapiento, sediento y hambriento rogando, pidiendo a él
Sin salud, débil, en avanzada edad viene a él.

Pronto se aproxima la noche, es tiempo de caminar
Todo en el día se hace, a trabajar sin descansar
Senderos que busque e ignore, los montes o el mar
Decir al hablar, nadie soy, pobre y sin amar

Mil palabras divinas escuché, ¡Cuán grande amor!
Hoy y mañana el forastero no pasará fuera la noche
Mis puertas habría amenorando los pasos y el dolor
Confiando en ellos, nunca habrá reproche

Débil, cargado de temores y grande dolor
Desprovisto de paz y gozo, sin conocer el amor
¡Oh! Que amigo nos es Cristo en medio del dolor
¿Por qué no llevas a Cristo? ¡Dios es amor!

Las calzadas frías, desiertas, no hay caminantes
Ciudades sin glorias, ni penas, sin peregrinos y hombres
Se han retirado, no hay forasteros, que velan de noches
¡Oh! Quién me diese en el desierto albergues

Dejaré los pueblos, de todos ellos me apartaré
Me voy caminando al cielo, muy pronto llegaré
Miles de ángeles escucho cantar en coro
Cantaré por la eternidad a Jesús ante su trono

¡OH! Si quiero ir a esa hermosa y gran ciudad
En sus calles de oro, por siempre viviré y le veré
Él me llama a su presencia, muy pronto allá estaré
Millones de arcángeles y serafines en la santa ciudad

¡Sí! Viviré allá en celestial mansión el palacio real
Escucho las campanas, me llaman al dulce hogar
Son los últimos sonidos, me voy a descansar
Condúceme al puerto celestial, al reposo eternal

El alba eterna rompe en claridad, llega el final
Triunfo y victoria en el cielo, corona de oro nos darán
El grito de victoria de los redimidos todos oirán

Toca la final trompeta los muertos se levantan es el final.
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