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Consolidado
el triunfo electoral de ayer domingo del gobernador Rafael Moreno Valle, el
escenario político para Puebla es fácil de prever:
1.- El
gobernador se consolida como el único candidato del Partido Acción Nacional a
la presidencia de la República para el año 2018. Ya nadie podrá quitarle el
honor de ser candidato presidencial y ahora su misión será, convencer al PRD
para que formen una coalición y se le unan para derrotar al PRI de Peña Nieto,
quien por cierto lleva dos derrotas en Puebla.
2.- Para las
elecciones de gobernador de Puebla del año 2016, el Partido Revolucionario
Institucional nada tiene qué hacer. No habrá candidata o candidato tricolor que
se arriesgue a perder contra un morenovallismo sólido. Recordemos que la del
2016 se elegirá a un gobernador para un año y 8 meses. Así es que la siguiente,
la mini gubernatura, está perdida para el PRI.
3.- Con el
control del gobierno, el Congreso del Estado y las principales presidencias
municipales, el morenovallismo no tiene freno. Se quedará con la mini
gubernatura y después convertirá a Antonio Gali en gobernador del Estado hasta
pasado el primer cuarto de este siglo. Y luego quién sabe. Igual y hasta se
echan otro sexenio.
4.- El PRI
poblano tiene los próximos 4 años para consolidar a una figura o crear una, que
le dispute el poder a Moreno Valle y competirle, com-pe-tir-le a su principal
figura que es ya: Tony Gali, el sucesor.
5.- Por su
parte, al morenovallismo le sobran figuras que van a disputarse la presidencia
municipal después de Gali: Pablo Rodríguez Regordosa, Francisco, Franco,
Rodríguez Alvarez y Jorge Aguilar Chedraui, sin descartar a Mario Riestra Piña
y al propio Antonio Gali López.
El Verdugo
Al grupo en
el poder ya sólo le falta controlar la BUAP. El Verdugo dice: ahora van por
ella. Al tiempo; en octubre.
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