Filosofo
CHOLULA.- El abuso sexual, es un tipo
de maltrato donde la persona que abusa del niño, se vale de la indefensión e
inocencia infantil, para encontrar la satisfacción de sus deseos. Entre los
diferentes tipos de abuso sexual están: La pedofilia que es el abuso llevado a
cabo por una persona homosexual o heterosexual contra un niño hembra o varón;
la hebofilia que es el comercio sexual entre un adulto y un niño y el incesto
que es el abuso del niño de parte de su Papá, Mamá, Abuelos y Hermanos. Ahora
bien, el abuso puede ir desde el exhibicionismo hasta la intimidad en cualquier
forma.
Muchos de
nuestros conceptos y enseñanzas tradicionales a nivel familiar se han
convertido sin que nos demos cuenta, en factores que facilitan el abuso sexual,
ya que llevan al niño a un estado de indefensión, ante las acciones del
abusador. Por ejemplo en nuestra cultura siempre se le ha dicho al niño, que
respete y obedezca a las personas adultas. Esta enseñanza le ha permitido al
abusador el poder extralimitarse irrespetar al niño, lograr su objetivo y
satisfacer sus deseos.
Nosotros debemos enseñarle a nuestros hijos, que no
permitan, que ninguna persona aunque sea adulta, incluidos nosotros los Padres
y familiares, les toquemos o acariciemos sus partes intimas. Nuestro deber es
ordenarles de forma firme y amorosa que si eso sucede, se retiren
inmediatamente del sitio; que griten y pidan ayuda de cualquier forma y que nos
llamen a nosotros.
Otra mala costumbre que tenemos que erradicar, es el obligar
a nuestros hijos a darle un beso y abrazar a un adulto, cuando ellos no quieren
hacerlo. Independientemente de que este adulto sea un familiar, no obliguemos a
nuestros hijos, a que besen a alguien que ellos, no quieran besar. Una de las
formas por medio de la cual nos relacionamos los seres humanos, es a través de
las emanaciones energéticas de nuestro cuerpo. Por lo tanto cuando el niño
rechaza instintivamente a alguien sea quien sea, es posible que este
percibiendo a través de los abrazos y la cercanía física, ciertas señales
inconscientes que originan ese rechazo. Deseo aclarar que la idea no es
prohibir los abrazos y besos entre familiares.
Pero si el niño se niega a
hacerlo con alguien en particular, y no quiere mantener un acercamiento, no
debemos obligarlo. Por otro lado hay que hacer énfasis en que no se dejen tocar
bajo ningún concepto en sus partes íntimas, que no permitan tampoco, que
personas desconocidas en la calle se les acerquen ofreciéndoles cualquier
golosina, diciéndoles que los van a acompañar y si alguien intenta o insiste en
acompañarlos, debe gritar y pedir ayuda de cualquier forma y llamarnos a
nosotros.

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