(Segunda parte y ultima)
Por Andrés
ZACA NAYOLT
Filósofo y
teólogo
CHOLULA.- Si luego de conocer la vida
interna y externa de nuestra pareja, sentimos que estamos con la persona
adecuada para mantener una convivencia feliz, la relación comenzara a echar
raíces y en ese momento nacerá la necesidad de un compromiso de vida con nuestra
pareja, donde sentiremos que nos pertenecemos el uno al otro, compartiendo un
mismo proyecto de vida. Desde ese entonces ya la vida de la pareja, comienza a
dirigirse por una sola dirección y hacia un mismo destino.
En esta etapa las
dos personas deben realizar una lista de necesidades personales, con todos los
detalles posibles, que le permitan a su pareja comprender, que es lo que en
realidad debe satisfacerle a su pareja, como parte de su compromiso amoroso. En
este momento, es vital que cada uno diga desde lo más profundo de su corazón,
aquellas necesidades ocultas, que no se atrevería a confesarle a otra persona
por vergüenza o temor a una burla o rechazo. Esta es una condición que nunca
debe obviarse, donde la pareja debe aceptar, respetar, no juzgar y satisfacer
la necesidad que le estén confesando, porque de no hacerlo se abre una gran
brecha en la relación, que jamás podrá ser remendada.
Debo aclarar, que al
referirme a la satisfacción de las necesidades de cada miembro de la pareja,
quedan excluidas de cualquier compromiso amoroso aquellas que sean contrarias a
los valores morales, buenas costumbres y
principios sanos de una vida en pareja, como: Celos obsesivos,
desconfianza injustificada, agresividad física y emocional, abandono económico,
impulsividad y pérdida del control y desviaciones sexuales. Si alguna de estas
conductas es parte de la vida de tu pareja, recomiendo buscar ayuda
especializada para superarla y sanar la vida emocional. En caso de no hacerlo
porque tú pareja o los dos se resistan al cambio, lo más indicado es no
continuar la relación, porque el fracaso es seguro.
También es importante poner
en la lista de necesidades personales, las
más secretas aspiraciones, para que nuestra pareja las satisfaga. Luego
los dos deben hacer una lista de lo que cada uno considera como inaceptable
dentro de la conducta de su pareja, porque es imposible compartir la vida, con
una persona que asuma comportamientos que nos resulten inaceptables dentro de
nuestra escala de valores personales y principios de vida. Y como último punto
del acuerdo como pareja, esta el alimentar el amor, independientemente de los años que tenga la
unión.
El amor y nuestra relación se nutren día a día a través de la energía
que absorbemos por medio de las impresiones psicológicas que nos hacemos de las
vivencias que compartimos como pareja. Por lo tanto los novios o personas
casadas, deben tener por lo menos un día a la semana, para compartir y aclarar
solos y fuera de la casa, cualquier error, molestia o mal entendido, que
halla sucedido durante la semana, con el objetivo de no permitir la acumulación
de rencores y dolores y prevenir futuros conflictos. Este día es para: aceptar
errores, corregir cualquier aspecto, que este originando dificultades en la
comunicación o el buen trato, aclarar malos entendidos, perdonar,
comprometernos al cambio y luego celebrar con una cena, ir al cine, comerse un
helado, tomarse un café o bailar, por haber superado la dificultad,
compartiendo el amor.
El objetivo
es disfrutar del amor que los une, no
contaminarlo y mantenerlo vivo para siempre. Este estilo de vida, debe
mantenerse durante todo el noviazgo y para toda la vida de la pareja.
Como
podemos ver, el destino de nuestras vidas como Pareja y futuros Padres, lo
tenemos en nuestras manos. Todo dependerá, del grado de madurez que tengamos,
del cumplimiento del compromiso adquirido y de la calidad del amor, que hayamos
construido durante el noviazgo.
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