Filosofo
CHOLULA.- El respeto es un valor básico e insustituible,
para poder vivir con autenticidad, dignidad, autonomía, sinceridad y
responsabilidad. Ahora bien, los seres humanos solo pueden conocer y aprender
lo que es el respeto, cuando desde niños, se sienten respetados por nosotros en
la interrelación diaria, lo cual les permite poder satisfacer sus necesidades y
preferencias y ver todo esto, como parte de sus vidas. Otra forma de conocer el
respeto, es cuando nuestros hijos hacen algo inadecuado y nosotros los corregimos
con una actitud de firmeza amorosa, criticando la acción inadecuada,
prohibiéndoles los comportamientos negativos sin llegar a la descalificación personal, ni al detestable
castigo físico, sino orientándolos hacia los buenos modales. Este tipo de trato
respetuoso, amoroso y firme, que debemos asumir en ese momento, lejos de dejar
marcados a nuestros hijos a nivel emocional, les permite sentir dentro de
nuestra acción correctiva, la seguridad y protección que necesita todo niño, al
sentirse culpable por su comportamiento inadecuado. De esta manera, el respeto
se convierte en el valor por medio del cual podemos transmitirles la educación
a nuestros hijos y a ellos les permite asimilar la orientación que les demos y
decidir el cambio que deben hacer en su forma de actuar.
Si nosotros
reflexionamos con calma, sobre el efecto de los métodos correctivos que
utilizaron nuestros Padres y que quizás seguimos aplicando nosotros, podríamos
ver con claridad, que la causa del dolor y la rabia que sentíamos, era el irrespeto
en la forma como nos trataban, el ataque descalificador y la forma de
agredirnos física o verbalmente, por medio de la cual ellos desahogaban la
rabia que sentían, en aquellos momentos que nos portábamos mal. Con esta
actitud, nos hacían sentir, que el castigo no era tanto para corregir la mala
conducta, sino una acción de venganza, por la rabia que nosotros les causábamos
y nos decían éramos seres inservibles, inadecuados o estúpidos. Si luego de
reflexionar sobre esto, tú coincides conmigo en que ese era el objetivo de
nuestros Padres al castigarnos, pregúntate ¿Estaré haciendo lo mismo con mis
hijos? Si tu respuesta es negativa y la formación que les has venido dando
desde niños se ha basado en el respeto y firmeza amorosa, tus hijos serán personas
seguras, responsables y autónomas. Pero si reconoces que estas repitiendo, el
mismo método, es hora de rectificar y preguntarte ¿Qué sentirán mis hijos hacia
mí? Te recomiendo, hablar con ellos y si
hay daños causados, reconcíliate con tus hijos, a través del perdón.
Entre los
factores negativos que impiden fomentar el respeto en nuestros hijos, como un
valor de vida, están: El autoritarismo y la sobreprotección, por medio de las
cuales muchos Padres imponen de forma cruel y castradora lo que ellos consideran bueno y anulan
aquello que consideran malo, de acuerdo a sus costumbres, creencias caprichos.
Los otros dos factores negativos son la indiferencia y el abandono de las
necesidades físicas, emocionales, económicas, de protección, educación y salud,
a los cuales muchos Padres sometemos a nuestros hijos, incumpliendo con la
sagrada responsabilidad Paterna o Materna. Otra forma de faltarle al niño, es
cuando él manifiesta sus pensamientos y su autentico sentir y lo que recibe son
burlas, desprecios o castigos, en lugar de una adecuada orientación. Tenemos
que revisar nuestra conducta y verificar si estamos mostrando el modelo de
persona respetuosa, que nuestros hijos necesitan ver e identificarse, para
aprender a vivir en medio del respeto e interiorizarlo, como un valor
fundamental para las buenas relaciones humanas.

0 comentarios:
Publicar un comentario