Los frailes
franciscanos gradualmente substituyeron las fiestas en honor a estas dos
deidades por las fiestas en honor a Nuestra Señora de los Remedios, utilizando
dos artilugios: construir el santuario a la Virgen en la cima de la Gran
Pirámide y establecer su fiesta el mismo día que la de las deidades indígenas,
el 8 de septiembre.
En la
antigüedad se acostumbraba que los pueblos llegaran desde lejos para mostrar
veneración y durante las fiestas realizaban un sacrificio humano y realizaban
el cambio de "varas de mando", las cuales podrían compararse con los
"cetros" que en la actualidad llevan los "mayordomos".
Al venir de
lugares lejanos traían consigo los productos que elaboraban y los
intercambiaban con otros pueblos, es decir, llevaban a cabo el trueque.
En la noche
del 31 de agosto se realiza la "procesión de los faroles”, que consiste en
un recorrido por las calles de la ciudad en el que participan los barrios con
su respectiva imagen religiosa y las imágenes de "la circular". Justo
a las nueve de la noche inicia la hora santa al interior del Convento de San
Gabriel, en espera de los fieles que vienen en camino con las imágenes de los
santos. La procesión de cada uno de los "barrios" es encabezado por
los "mayordomos" del barrio, quienes como signo de su jerarquía
portan un "cetro" cuyo remate es la imagen en plata del santo que
custodian.
Durante la
procesión se escuchan cánticos, rezos y cohetes y el recorrido finaliza en el
atrio del santuario de Nuestra Señora de los Remedios donde se entonan las
“mañanitas” y se celebra misa. Durante toda la noche se realizan otras misas,
patrocinadas por diversas organizaciones y feligreses. El día 8 de septiembre
es "el santo" de Nuestra Señora de los Remedios, figura principal de
la ciudad.
En su honor
se llevan a cabo misas y, como sucedía en la época prehispánica con Chiconauhquiauhitl
y Quetzalcóatl, gente de lejanos lugares llega a venerarla y mostrarle su
agradecimiento. Al bajar del “cerro” los peregrinos aprovechan para vender y
comprar mercaderías o llevar a cabo el ancestral “trueque” sobre la explanada
de la Plaza de la Concordia.
Entre los
productos naturales y alimenticios que se comercian ahí están los charales
blancos, las carpas, los quesos de Chiautla, las hiervas de olor y medicinales,
las resinas, los acocotes, las vainas, el azafrán, los cacahuates y nueces y
las frutas de lugares aledaños como San Martín Texmelucan, Huejotzingo y
Zacatlán, además de diversos productos artesanales y decorativos como petates,
mecapales, chiquihuites de vara, canastas, ollas de barro y utensilios de
madera.
El barrio de
Santa María Xixitla es el barrio al que le toca subir y celebrar su misa el día
8 de septiembre. Durante la ceremonia se realiza el cambio de
"cetros" o "varas de mando”, es decir, el cambio de mayordomo
del barrio y en lugar sacrificar a un ser humano como se hacía originalmente,
queman un “panzón”, que es un muñeco hecho de papel de china y cohetes que
lleva dentro manzanas que caen de su “panza” al finalizar su quema. Una vez
quemado, el "panzón" es bajado y llevado hasta el barrio por las
personas que se encargarán de recolectar el dinero que se necesitará para su
fabricación al año siguiente. Simultáneamente con las festividades religiosas,
en Cholula de Rivadavia (como oficialmente se llama la ciudad) se realiza la
Feria Regional del Municipio de San Pedro Cholula, con exposiciones
industriales, comerciales y artesanales, eventos culturales, deportivos y
artísticos.
La feria de
Cholula y sus celebraciones religiosas son testimonio tanto de su vasta
herencia indígena como de su creciente importancia cultural y turística.
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