Reformas
Estructurales, solo el final de un proceso de entrega
Por Edmundo
TLACUILO ALMAZÁN

Los
corporativos transnacionales son los que ahora cosechan los frutos de la
reforma energética, una de las más importantes “Reformas Estructurales”
realizadas durante el sexenio que corre, cuyos resultados son la apertura de
Pemex al capital privado, el desmantelamiento de la paraestatal y la subasta de
los contratos y licitaciones para explotar, explotar y comercializar los
yacimientos petrolíferos mexicanos, a lo que pronto se agregarán el control del
mercado interno de los hidrocarburos y la liberación de los precios de los
combustibles, hasta ahora controlados por el Estado, a quien el anuncio de la
quiebra de Pemex ha servido como argumento fundamental para acelerar este
proceso de privatización.
Estos son
los frutos que durante 30 años esperó ansiosamente el imperialismo, mientras
buscaba impaciente los mecanismos para consumar la privatización de Pemex,
iniciada a partir de la década de 1980.
Durante
medio siglo fue difícil pensar en algún cambio en la legislación que atentara
contra la expropiación petrolera. Fue hasta los primeros años del sexenio de
Carlos Salinas de Gortari, cuando se comenzó a hablar abiertamente de una
reforma constitucional que modificara el modelo anterior, caracterizado por
rasgos nacionalistas heredados de la revolución mexicana y en el que el Estado
administraba una serie de empresas propiedades de la nación, la reforma
energética de 1993 representó el primer paso para que el imperialismo
recuperara el control de los recursos petrolíferos; es la época en que se
entroniza el neoliberalismo, la época de los acuerdos regionales, del acuerdo
para la seguridad y la prosperidad de América del Norte, ASPAN, y del
nacimiento del Tratado de Libre Comercio.
Desde luego,
que no faltaron lo9s actores encargados de ejecutar los designios de la
burguesía mundial, los Salinas, Zedillo Fox y Calderón, el gobierno actual solo
es el continuador, el que ha llevado a su punto más alto este largo proceso de
entrega a.
Estudios de
los resultados de la Reforma Energética y de toda la política relacionada con
Pemex, afirman que fue en esa época cuando se sentaron las bases para la
privatización, que la entrega o devolución de los recursos petroleros al
capital privado. Fue un proceso gradual, meticulosamente preparado y que la
quiebra de Pemex no es real, que sólo se trata de una palanca muy útil para
devolver el petróleo expropiado ocho décadas atrás a los corporativos
extranjeros.
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