Los Estereotipos de Género no están arraigados en nuestra Sociedad….
Lo que le sigue
Por Cecilia MONZÓN PÉREZ
CHOLULA.- Esta semana mi
amigo Paco Osorio me invitó a dar algunos talleres como parte del colectivo
Kybernus en el COBAEP de Xoxtla, como siempre f
ue un gusto platicar con las
jóvenes sobre la perspectiva de género y la violencia de género, pero también
como siempre, me di cuenta de lo mucho que tenemos que trabajar y de todo lo
que nos hace falta avanzar como sociedad al respecto.
En esta ocasión hice algunas preguntas antes de empezar, idea que me
fusilé de un taller que recientemente tomé en el ONMPRI. Los resultados me
dejaron atónita, en pleno 2016, en un municipio conurbado, jovencitas de
bachillerato pensaban, o piensan, que las mujeres debemos ser madres,
literalmente escribieron “pues ser madres”, ese “pues” con un dejo de –no sea
usted pende…, es obvio-.
Vivimos en una sociedad que reproduce estereotipos, en donde papá se
puede ir de jarra, mientras mamá se queda a cuidarnos, y los reproducimos de
tal manera que hasta pensamos que es normal, que es obvio. Se nos enseña desde
pequeñas que ellos son fuertes y nosotras débiles, que ellos trabajan y
nosotras cocinamos, o que podemos trabajar, pero de todos modos cocinamos.
Se ha demostrado desde distintas disciplinas que estos estereotipos
son construcciones sociales, que no tienen un sustento biológico. En otras
palabras, ser mujer no significa ser madre, puedo ser mujer sin ser madre y no
por eso soy menos mujer, ser hombre no es ser fuerte, puedes ser débil y no por
eso eres menos hombre. Como esos ejemplos hay miles, pero nunca nos damos
cuenta de las desigualdades que provocan porque lo tenemos socialmente asumido.
Trabajar con jóvenes y lograr que las mismas niñas que contestaban
“los hombres son más fuertes” cambien sus respuestas por “Las mujeres debemos
tener un trabajo y vivir nuestra vida como nos plazca”, “la mujer tiene que ser
independiente y ser feliz” o “los hombres y las mujeres somos igual de capaces
en todo” en sólo 2 horas es una labor titánica, pero vale la pena.
Tenemos que entender que lo único que nos distingue a los hombres de
las mujeres, son las condiciones físicas, todo lo demás ha sido impuesto por
una sociedad que los hombres dominaron mucho tiempo, pero en la que las mujeres
hemos venido recuperando espacios. No queremos un mundo donde las mujeres
seamos más, sólo queremos ser iguales y lo contrario a la igualdad no es la
diferencia, lo contrario a la igualdad es la desigualdad y las mujeres no
podemos ni debemos seguir viviendo en desigualdad.
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