Discurso del
Codte. Fidel Castro
Continuación
CHOLULA.- Los pueblos de los países
colonizados del mundo actual no vacilarán a la hora de elegir el camino. No
solo tienen que luchar contra la opresión económica de los monopolios, sino
también oponerse y rechazar las ideas y los modelos culturales necolonizantes .
El
imperialismo ha practicado contra estos pueblos el genocidio cultural, ha
intentado subvertir sus valores nacionales y su lenguaje. Este proceso de
aniquilamiento ha sido una constante en nuestros tres continentes y se ha
manifestado con brutal magnitud en Vietnam, Laos y Camboya. Es decir, la
batalla de vida y muerte hay que darla en todos los frentes; en el económico,
en el político y en el ideológico. Desde las metrópolis, los aliados
conscientes del imperialismo tratan de influir en los pueblos subdesarrollados
y someterlos al neocolonismo cultural.
Es la
realidad que han tenido que sufrir los países explotados. Combatimos todo
intento de coloniaje en el orden de las ideas y de la estética. Mo rendimos
culto a esos falsos valores que reflejan las estructuras de las sociedades que
desprecian a nuestros pueblos. Rechazamos las pretensiones de la mafia de
intelectuales burgueses seudo-izquierdistas de convertirse en la conciencia
crítica de la sociedad.
La
conciencia crítica de la sociedad es el pueblo mismo, y en primer término la
clase obrera, preparada por su experiencia histórica y por la ideología
revolucionaria para comprender y juzgar con más lucidez que ningún otro sector
social los actos de la revolución. La condición de intelectual no otorga privilegio
alguno. Su responsabilidad es coadyuvar a esa crítica con el pueblo y dentro
del pueblo.
Pero para
ello es necesario compartir los afanes, los sacrificios, los peligros de este
pueblo. Quienes con la vieja “arrogancia señorial” a que aludía Lenin se
atribuyen el papel de críticos exclusivos, mientras abandonan el escenario de
las luchas y utilizan a nuestros pueblos latinoamericanos como tema pare
creaciones literarias que los conviertan en favoritos de los salones burgueses
y las editoriales del imperialismo.
No pueden
erigirse en jueces de las revoluciones, por el contrario, sus pueblos de los
que desertan, sabrán juzgarlos, y los distinguen ya de los intelectuales
verdaderamente revolucionarios, aquellos que han quedado con el pueblo y en el
pueblo participando en la difícil tarea cotidiana de crear y combatir,
compartiendo con esos pueblos todos los riesgos y lo mismo que Martí, y el Che,
cambiando la “trinchera de ideas” por la “trinchera de piedras”, cuando a ello
los han llamado imperativamente su deber.
Nuestras
expresiones culturales contribuirán a la lucha de los pueblos por la liberación
nacional y el socialismo, no transigiremos con lo que el imperialismo difunde
como sus expresiones artísticas más logradas, entre las que resalta la pornografía
que constituye la manifestación inequívoca de su propia decadencia.
Una sociedad
nueva no puede rendir culto a la inmundicia del capitalismo. El socialismo no
puede comenzar por donde finalizó Roma.
¿Qué opina
usted, mi estimado lector?
Pensamiento:
El espejo de la naturaleza espera deleite del hombre. Federico Nietzsche.
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