Colaboración
de Guillermo TOXQUI VEGA,
obtenido de Arqueología Mexicana
CHOLULA.- Para los pueblos
mesoamericanos el cacao, y los alimentos con él elaborados, era un elemento
sagrado y parte de su vida ritual.
De hecho,
principalmente en el área maya hay una buena cantidad de representaciones,
correspondientes al Clásico (200-900 d.C.), en las que el cacao –ya sea la
planta, el fruto, los granos o una preparación– aparece como un elemento
simbólico o ritual.
En ocasiones
se le muestra como un árbol sagrado relacionado con la sangre, el poder
político, los ancestros y su renacimiento, las mujeres y el inframundo.
Además, se
le puede encontrar asociado con la planta del maíz o con los dioses asociados a
ella, como en el mural de Cacaxtla, Tlaxcala.
Esta sola
asociación con la planta fundamental de las culturas mesoamericanas da cuenta
de la importancia simbólica que se concedía al cacao.
De hecho, el
maíz y el cacao forman un importante componente ritual en la cosmovisión
mesoamericana.
Se les
combinaba con agua sagrada para elaborar bebidas rituales que se ofrecían a los
dioses y a los ancestros para que éstos procuraran a los hombres la fertilidad
agrícola.
IMAGEN: Ek
Chuah, dios maya del comercio y el cacao, personificado como un mono. Toniná,
Chiapas. Museo de Sitio de Toniná.
Foto: Bob
Schalkwijk/Raíces
Esta
publicación es un fragmento del artículo “Simbolismo”, del autor Enrique Vela,
y se publicó íntegramente en la edición especial de Arqueología Mexicana, núm.
45, titulada El cacao, un fruto asombroso, y el chocolate, el sabor mexicano
del mundo.
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nuestros amigos que deseen adquirir un ejemplar, les dejamos esta liga.
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